Torni Segarra

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1897. No vemos, porque entre otras cosas no queremos ver. Creemos que lo que hacemos, es lo mejor; creemos que lo que nos sucede es lo mejor.

 

Y por eso, nos hacemos asistentes a un grupo gremial, aunque sea espiritual, intelectual, psicológico. Y los otros que participan les sucede lo mismo. Por lo que, vivimos en ansiedad, queriendo ajustarnos, negándonos la libertad de lo fresco, lo nuevo. Por eso, para que venga lo nuevo hay que morir a lo viejo.

 

 

 

 

 

1898. Cuando hay un problema, si tiene urgencia, es un gran reto, solamente tenemos que hacer algo, estamos obligados. Si es un reto, que no le damos importancia, no le hacemos mucho caso, pasamos de él.

 

O sea, que todo depende de la intensidad de los hechos, del dolor que nos generan. Pues el darse cuenta, del dolor de un hecho, sentirlo, es sentir todo el dolor de la humanidad.

 

 

 

 

 

1899. Quieres justificar el injustificable. Tal vez, es porque tienes mala conciencia, te duele la historia, el pasado. Pues el pasado, no se puede juzgar. Sólo podemos opinar de lo que sucedió, pero eso no tiene ningún valor real. Lo que cuenta son los hechos, lo que está sucediendo ahora. Ya que nosotros, hemos de responder, queramos o no.

 

 

 

 

 

1900. De la misma a manera, que existe la muerte y la vida, la noche y el día, la luz y la oscuridad, también existe la parte absurda de la vida, junto con la parte armónica. Por eso la vida, vivirla plenamente, es una opción. Uno tiene que optar por la vida, con todas sus consecuencias, que incluye su parte absurda. 

 

 

 

 

 

1901. El misterio de la vida, es éste: ¿Por qué hay personas que ven lo negativo y no lo quieren descartar, no comprenden que hay que descartarlo? Pero para descartar, hay que comprender.

 

Y para comprender, hay que estar en ello con todo nuestro ser, sin huir, sin rechazar, sin alentar, sintiendo todo la amargura y el gozo de eso negativo.  Esto no es cosa de uno, o de unos cuantos elegidos, esto lo puede vivir, pasar por ello, cualquier persona, sean quienes sean.   

 

 

 

 

 

1902. La mente tiene que ser calmada, tranquila, tanto ante lo más horrible, como lo más maravilloso. Porque, mientras haya dualidad, de lo bueno y lo malo, habrá división y conflicto. 

 

 

 

 

 

1903. ¿Ese terrorismo sería admisible en EEUU, en Europa? Por eso, hay una doble vara de medir: mis amigos, aunque usen la violencia destrocen todo lo que puedan, no son terroristas, ni asesinos, ni brutales ni crueles.

 

Ese es el cuento tan viejo como el hombre: Yo y los míos somos lo mejor, los buenos. Los otros son los malos, lo peor, a los que hay que eliminar.

 

 

 

 

 

1904. ¿Crees que, con violencia, van a desaparecer tus problemas -aunque tienes todo el derecho de ser violento, si quieres y lo necesitas? La violencia, no soluciona los problemas, los detiene momentáneamente.

 

Es como tomarse una pastilla para curarse un dolor de cabeza: lo va a detener, pero la causa no la va a eliminar.  

 

 

 

 

 

1905. Son los prejuicios, la ansiedad, las prisas con su estrés, lo que hacen que no podamos ser enteros, completos, para poder atender a los hechos del presente, del ahora.

 

 

 

 

 

1906. Creo que todo lo que hacemos, incluso el mismo vivir, siempre tiene ahí ante nosotros, la parte absurda de la vida, el vacío, la nada. Pero, al optar por la vida, hemos de proseguir viviendo, haciendo el menor daño posible. 

 

 

 

 

 

1907. Creo que no entiendes, porque en tu estructura mental, que es tu condicionamiento, ya tienes determinado, quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Cuando todos somos iguales: queremos vivir, sobrevivir, tenemos miedo de perder, de morir, de ser menos que los demás.

 

Y por eso, rechazas la violencia de los otros, que crees que son tus enemigos. Y, justificas la violencia de los tuyos, diciendo que esa violencia es precisa.

 

Por eso, la paz, que es respeto, igualdad, no puede ser. El fin de la violencia, es el respeto a la vida, a las personas, sean quiénes sean. Respetar es amar a los otros, atender sus necesidades básicas, haciendo las cosas de manera que no haya, porque no generamos, los menos afortunados.