Torni Segarra

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Entonces, tú Pablo crees que no puedes hacer nada. Entonces, ¿por qué gastas tanta energía en informar, publicar, editar enlaces?
 
Pero, tú no puedes tener una flor o una planta en tu casa -aunque la gente tonta las tenga en su balcón, o en el patío-. Una flor ha de estar donde debe de estar en el campo o el bosque.
 
Pero, cuando estamos dormidos al no actuar el ‘yo’ no causa problemas. Los problemas vienen cuando me identifico con un nacionalismo, una idea política o religiosa, porque entonces me divido de los otros que también tienen sus nacionalismos, ideas y teorías.
El ser individual es un invento, una ilusión, un nombre. Porque cuando el ‘yo’ cesa y no opera, solamente hay conciencia, que es la percepción de lo que está acaeciendo, sucediendo a pesar de nosotros, de nuestros intereses, lágrimas y alegrías.
 
La superstición es ver a los religiosos, con esos hábitos y vestimentas -como disfrazados- con todo el dolor y el sufrimiento que arrastran con ellos. Hay que estar muy pasado, para vestirse de esa manera tan identificativa y medieval. Y es que el tal cual es el hábito, tal cual es la idea religiosa.
 
El problema es el conflicto. Y este conflicto lo genera el pensamiento, que es memoria y es tiempo. Luego si cesa el conflicto, cesa el pensamiento. Y entonces, lo sagrado -la no división- es.
 
Pero qué importa que siga el conflicto si no nos afecta. Todo el problema eres tú. Y si tú estás libre de conflicto aunque reviente el mundo eso a ti no te afecta. Si empiezas a usar palabras raras, te perderás en esas palabras. Has de hacer de lo difícil la cosa más sencilla.
 
Vamos a empezar otra vez. El fin de todo lo que hacemos, decimos, etc., es ser libre. Y para ser libre uno tiene que estar completo, entero, holístico. Pero, ¿puede uno ser entero si está en conflicto interno, que es también el externo? Por tanto, el problema, José Luis, no son los gurús, lo que han dicho y no han dicho, el problema eres tú y tu conflicto, ¿Qué harás para que ese conflicto cese y nos liberemos?
 
Pero el pensamiento es conflicto. Y el conflicto es pensamiento. Así que el problema es el conflicto y es el pensamiento. Si quieres elimina uno. Pero, el orden de los factores no va alterar su efecto: mientras existan la división y el desorden. Cuando desaparezcan, el fin de la división y la llegada de lo sagrado, lo que no se puede explicar por palabras.
 
El ‘yo’, es lo mismo como si tuviéramos a otra persona dentro de nosotros con la que dialogamos, discutimos, etc. Es un estado mórbido, una alucinación y delirio, de la mente, del que nadie se escapa.
 
Si hay orden, los problemas no están.
 
Todo es compartido. No hay ni maestro ni discípulo, sólo hay la percepción que se manifiesta y llega en un momento.
 
Gracias a ti por participar y hacer posible la llegada de la verdad.
 
Eso mismo. Es el ‘yo’ que con el miedo, al estar solo, inventa a una compañía. Los locos, los mayores y otras personas, que no se cortan de vergüenza, hablan muchos con una persona imaginaria como si estuviera allí mismo presente.
 
Porque seguimos teniendo miedo de estar solos. Cuando no hay miedo el ‘yo’ no está.
 
¿Dónde entonces están esas personas que se imaginan y con las que hablan? Según ellos creen que tanto dentro como fuera de ellos.
 
Así es. Pero, hemos de vivir con ellos, pero sin conflicto. Ese es el problema y su solución: sin conflicto.
 
Da igual, porque es como tu cuerpo que puedes que digas que es imaginario, pero lo tienes que atender y cuidar, de lo contrario todo se puede complicar aún más.
 
Toda comunidad que no esté basada en el respeto de cada individuo, es un fracaso donde los conflictos por lo agravios están siempre ahí en erupción. Pero cada individuo también está sujeto y obligado a respetar a los demás.
Eso donde se ve claramente es en los nacionalismos, que todos se han de respetar entre sí. Y si uno –una nación o un país-,  pretende dominar e imponer sur normas y leyes a los otros, el conflicto está servido.
 
Al sexo siempre estaremos atados -pues el sexo es la vida-. Pero como en todo, ahora falta saber cómo vivimos el sexo. Si dependemos de él y su placer, si toda la vida y lo que hacemos está en función de él, el sexo será un fracaso para nosotros.
 
El sistema en que vivimos siempre encuentra enemigos. Allá donde mira los ve. Por eso, ese sistema está basado en la fuerza, en la violencia de los policías y militares. Es decir, que siempre estamos en guerra, Y en la guerra no hay más ley que la de la fuerza de las armas.
O sea, que si no se cambia el sistema para no ver en todas partes enemigos a los que hay que vigilar, controlar, detener, matar, todo va a seguir igual. ¿Cómo y por qué nacen los llamados enemigos? Todos los sabemos, también sabemos los remedios, pero no los ponemos en práctica, para que funcionen, y que todo cambie.
Por eso, es solamente uno el que lo ve y el que tiene que hacer algo al respecto, no esperar a los demás a que lo vean. Porque, a lo mejor no lo pueden o no les interesa verlo,  comprenderlo y aceptarlo.