Torni Segarra

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El hecho de condenar o no condenar, es irrelevante. Porque cada uno lo va a interpretar de una manera, por su condicionamiento. Lo realmente importante es lo que uno hace con su vida, cómo vive, cómo se relaciona. Y, una persona así, haga lo que haga será con armonía, es decir, será el orden. Nunca vamos a contentar a todos, por tanto, lo que importa es la acción, los hechos. Los que publican mucho lo saben: hay quienes les odian y otros los adoran, y otros tal vez, son indiferentes.
 
Más allá de la psicología, sólo queda la percepción, la acción de la conciencia. Pues la psicología es pura lógica. Y si no hay lógica, no hay nada más que la acción sin parar, sin pensar.
 
Todo lo que nos gustaría que fuera –el fin de la justicia, el fin de la esclavitud, la propiedad, etc.-, no es el problema. El problema, es si nosotros podemos eso hacerlo posible de verdad –no como una idea, teoría, o un concepto- en nuestras vidas. Porque los demás a lo mejor no quieren cambiar.
 
¿Es un problema el que algunas personas estén demasiado influenciadas por las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti? Creo que el verdadero problema está en interpretar cada texto, libro, palabra, video, etc., por separado. Es como si uno que desconoce lo que es un cuchillo, ve un video explicativo sobre las maneras de cortar el pan. Pero, no dice nada sobre qué sirve también para matar a un animal, herirse uno las manos manejándolo, etc.
Uno ha de captar la esencia de la enseñanza: ir más allá de la división y el conflicto que genera.
 
Lo que no existe no cuenta para nada. Lo que cuenta es lo que existe, ya sea en la naturaleza, o lo que generan las mentes. Y para que algo exista la mente tiene que verlo, relacionarlo, contrastarlo. Por ejemplo, el fuego cuando lo vemos, enseguida lo asociamos al calor, a quemar, porque ya lo conocemos. Lo desconocido, al no tener noticia ni imagen de lo que es, como es, nunca sabremos lo que es.
 
El ‘yo’ son todos los recuerdos, las ideas, las imágenes, todo lo que nos ha ocurrido desde hace muchos miles de años. Y es a eso lo que se llama psicológico, de la psique, el pensamiento.
El cuerpo, aunque nos podemos inmiscuir con él, tiene su propia inteligencia, su propia actividad independiente.
La pregunta: ¿Puede el tiempo psicológico, es decir el ‘yo’, desaparecer definitivamente? Tú, Gonzalo, dices: Psicológicamente sí. Fisiológicamente no.
El ‘yo’ no puede desaparecer definitivamente, porque al estar todas las mentes conectadas, todo lo que tiene una va a las otras, como si fuera una corriente eléctrica que se traslada de un sitio a otro, a todas las bombillas y aparatos eléctricos.
 
So existe, si entramos en la cuestión de la división entre consciente e inconsciente, entonces prosigue la división y es todo más de lo mismo: conflicto y todo lo que le sigue de desorden y confusión.
 
El hombre es un pedigüeño, alguien necesitado. Pero por mucho que reciba siempre va a ser ese pedigüeño. Por eso, el hombre es quiero y no puedo. Solamente cuando nos damos cuenta de esta situación, hay una posibilidad de ir más allá de esa ignorancia y desesperación.
 
Los informes, las teorías, etc., nunca serán completos, porque están mediatizados por el condicionamiento del que los hace. Así que los misterios, nunca se pueden desvelar. El asumir esa realidad, como asumimos que nos hemos de morir, es cuando llega la inteligencia.
 
El problema de la vida es la pérdida. Y en la muerte está la pérdida total de todo lo que hemos sido y somos. Por eso, el miedo siempre es a algo que ya conocemos –la pérdida-. Pero, el miedo en sí no tiene sentido, porque no se puede temer a algo que no existe: el futuro.
Cuando vivimos totalmente, con toda nuestra energía y capacidad, no hay muerte, porque estamos en el ahora, sin tiempo: que es el futuro, presente o pasado psicológico.
 
Ver lo que es, es más importante que leer millares de libros, hacer charlas, viajes, tomar drogas, ser vegetariano o no, Si sabemos ver lo que es, entonces es cuando podemos descartar lo negativo, lo que no es: el llegar a ser.
 
¿Puede el ego morir definitivamente o es un mito, una ilusión, una propaganda, de yoguis y gurús hindúes?
 
Todos los lugares son sagrados. Decir que un lugar en concreto es sagrado, es condenarlo a la mundanalidad del peregrinaje, con su marketing, apegos, supersticiones, fanatismo, y destrucción de ese lugar. Todo lo contrario de lo sagrado que es: la liberación del ego, del ‘yo’.
 
Hola Gustavo. ¿Qué quiere decir?
Disculpa, pero no sé a qué te refieres.
¿Dónde lo has leído?
Te refieres a los comentarios que hacemos en los aportes de ese grupo. Creo que todo eso del astral, tiene muy poco valor para lo que nos tiene que interesar realmente: ver y comprender cómo funciona el pensamiento, para así ir más allá de la división y el conflicto.
El control por mucho que se tenga nunca será total. Porque lo total, que es lo infinito, lo abarca todo. Pero, nosotros al ser una parte no lo podemos abarcar. Pues la parte no puede con el todo.
El problema es el apego a las cosas, a las personas, a las ideas y teorías, y eso nos dividida de la realidad. Y cuando uno no entiende la realidad, es como ir perdido en una selva: no sabe qué dirección está tomando.
Deshacerse de los bienes materiales es bastante fácil. Lo que no es tan fácil es estar libre de ideas y teorías, que siempre son del pasado, se convierten en el pasado.
El pasado es el que recuerda lo que ya está muerto y se interpone en el presente, lo que ocurre ahora. Y entonces, desde esa interposición, se genera la división, donde la energía no puede operar en su totalidad. Por eso, todo lo que hacemos lleva el germen de la corrupción.
Tanto la búsqueda en el mundo interno como externo, es como cavar en un hoyo que no tiene fin. Ahí está el peligro de toda búsqueda, pues al final todo llega a una especulación, a un entretenimiento, donde se desatiende al presente, al reto del ahora.
(Me dedico) A escribir, a atender el orden de la casa, etc.
(Sobre) Filosofía, psicología, sobre la vida, las personas, la naturaleza.
¿Lo dejamos, Gustavo?
Igualmente, gracias por tus aportaciones y comentarios.