Torni Segarra

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“¿Si supiese qué lo que estoy haciendo, no le llamaría investigación, verdad?
¿Cómo le llamaría? Pues si no se investiga, ¿qué se hace con la vida, vivirla y ya está? La vida, con lo aparente y la superficialidad nos limita a comer, dormir, sexo, nos lleva a la persecución del placer. Y esa, manera de vivir, es la que ha construido este mundo tan monstruoso del hambre, de la miseria, de las personas que van a morir ahora porque no tienen nada que comer, ha construido este mundo de indiferencia ante la crueldad, la violencia y las matanzas en masa de la guerra.
 
Mientras no exista la libertad total para poder ver en todas direcciones para poder investigar, descubrir quiénes somos, cómo funcionamos y nos comportamos, el ser humano será alguien de segunda mano, será esclavo de los que dicen que saben. El ser humano es alguien del que no nos podemos fiar, pues él tiene miedo. Y el miedo es la fuerza y la energía de todos los males que nos torturan: la división, los conflictos, la indiferencia, la brutalidad, la explotación, la violencia y las guerras. Y es sólo uno –uno mismo- el que se puede liberar del miedo.
 
Uno es la suerte de haberse levantado de la cama después de pasar la noche, de estar vivo cada instante que pasa, es algo extraordinario que sigamos viviendo como lo hacemos, pues en un instante podría todo acabar –como sucede tan natural y sencillamente a todas horas-. Y es también un misterio que no lo podamos ver ni comprender como vemos el ordenador, el teclado, un árbol, un pájaro. Esa visión de lo que es la vida, el universo –su origen, ver toda su vastedad tanto en lo macro como en lo micro-, lo tenemos vedado.
 
Hay un error en todo eso que se dice de alguien en particular. Una persona cualquiera, sea bajito, feo, diga tonterías, débil, que esté postrado en la cama todo el día, no sepa hablar, ni tenga don de relacionarse, etc., puede ser un maestro liberado. Pues la liberación no tiene nada que ver con las apariencias sociales, físicas, ni del canon de belleza y la vanidad.
La persona libre, lo es sea como sea que es, dónde sea que esté, al margen de lo que haga o no haga. Y eso sólo lo sabe uno mismo. Y nadie se lo puede arrebatar ni quitar.
 
Por muchos datos, informes científicos, clínicos, etc., que expongamos, hay una cosa evidente: hay dos víctimas en principio, que son el abusador y el abusado. El abusado, su problema está casi resuelto. El abusador, se sigue debatiendo en su infierno del descontrol. ¿Cómo se va a controlar? La sociedad –todo lo que le ha tocado vivir- lo ha descontrolado. Por tanto, es esta misma sociedad caótica y desordenada la que pretende controlar al descontrolado, ¿no parece esto absurdo?
Por tanto, el que quiera controlar al descontrolado –al psicópata-, ha de salir del descontrol de la sociedad, de manera que genere orden y control en la persona descontrolada. Ese es todo el problema de la psiquiatría: los locos quieren curar a otro loco. Y eso vuelve a ser absurdo.
Por tanto, ¿cómo se va a curar un psicópata si la misma sociedad donde vive es una fábrica de perturbados mentales? Por tanto, primero pongamos orden en nuestras vidas –pues las autoridades en el ámbito que sean, incluyendo las sanitarias, no lo van a poner-. Y ese mismo orden es el que generará las soluciones a los problemas, sean sanitarios, económicos, sociales, políticos, de educación, de convivencia, de compasión y de amor.
¿Puedo esto curar a un psicópata? Nosotros no somos ni psiquiatras ni médicos, por tanto eso es sólo lo que podemos hacer.
 
Si hay obligación, si se obliga a los hombres a hacer algo, esto genera más matanza. No sólo de los animales, sino también de las personas. Por tanto, es uno el que tiene que ver la necesidad de respetar a todo lo que tiene vida. Y para ello, uno ha de tener orden en su vida, que incluye darse cuenta de cómo vive devorándolo todo, derrochando, siendo indiferente, insensible al dolor y al sufrimiento que provocamos.
Y esto es tan fuerte y complicado de vivir, que si no nace desde dentro de uno mismo, porque lo ha visto uno mismo, no tiene ningún sentido, aunque nos digan y nos repitan lo que hemos de hacer.
 
La investigación es adecuada, precisa, necesaria. Pero, esa misma investigación también nos dice que cuando hay especulación, donde todo se convierte en una distracción y entretenimiento, ha de ser descartada radicalmente. Pues, si no todo se banaliza, se hace superficial y vano. Donde todo acaba en un girar en un círculo cerrado dando vueltas sin parar.
 
¿Para qué quieres especular si mañana será un día bueno o malo, si no lo podemos saber? Una vez investigado y visto que no es posible saber lo que va a ocurrir mañana o dentro de una semana, se acaba la especulación. Y se invierte el tiempo y la energía en hacer otra cosa, que tenga sentido y significado verdadero.
 
Los pequeños no cuentan nada, por eso es que los grandes son tan crueles y tan tiranos, ladrones descarados, corruptos, inmorales, y no pasa nada. Ni siquiera tener la vergüenza de decirlo a la cara de los que está oprimiendo con su dictadura de: ‘Yo sí que puedo hacer lo que quiera, pero tú no puedes hacerlo y no te dejaré’. Después dicen que están a favor de la paz i contra la violencia, ¿se puede eso creer cuando están participando en guerras?
 
Pero, si tiene hambre y no come sufrirá, si tiene frío y no se abriga también sufrirá, etc. El hombre no tiene un lugar donde descansa la cabeza.
La palabra no puede explicar la verdad. Si alguien dice que sí, eso una falsedad, es mentira. Porque la parte que es uno, no puede abarcar la totalidad, el todo.
 
El nivel de conciencia quiere decir la manera cómo vives. ¿Se puede tener un gran nivel de conciencia siendo alguien indiferente e insensible al dolor? Si que se puede tener una gran conciencia, pero la usará de una manera egoísta, divisiva, conflictiva, generadora de desorden, de confusión, de dolor y sufrimiento.
 
Gracias, Pep. Toda una lección de filosofía.
La filosofía es lo que busca la verdad de las cosas, de lo que nos sucede en la vida, por qué nos sucede, si podríamos alterarlo o evitarlo.
Y para poder mejorar todo lo que nos pasa, si es que se puede, está la psicología, que es una rama que forma parte de la filosofía, La psicología también es tan exacta como las ciencias, las matemáticas: si uno es amable con los demás, esa amabilidad llega a él de una manera o de otra. Al contrario también sucede que si uno es arisco, rudo, descortés, egoísta, eso también va llegar a uno.