Torni Segarra

Seleccionar página
Ciertamente si uno se da cuenta, verá que puede leer todo lo que tiene dentro, como si fuese un libro. Allí está toda la historia de la humanidad, todos los dolores, las alegrías, los engaños y traiciones, los placeres. Allí está escrito, si sabe leerlo, el porqué de tanta guerra y matanza en nombre de una idea o teoría, ya sea política, religiosa o de otra índole. Toda la historia del hombre, ha sido la de buscar algo que pudiera darle una certidumbre, una seguridad, una certeza tanto en l a vida como en la muerte y después. Y, todos los afanes van en esa dirección. Y, por eso todos los inventos, todas sus hazañas y descubrimientos, ya sea entre los océanos o en el infinito espacio, son la manera de sobrevivir, que es conseguir el deseo de ser, de perdurar.

 

Cuando tenemos algún problema, no pensemos que es nuevo porque ha venido a nosotros, porque todo estos problemas ya han llegado infinitamente a otras personas. Porque todos los problemas, son iguales y tienen un mismo origen: la supervivencia, el afirmarse, el ser. Pero, ¿se puede vivir de otra manera, que no sea el de la defensa, para resistir, sobrevivir? Desde el inicio, todo lucha es para sobrevivir. La vida, es destrucción, amor y construcción. Por tanto, para vivir hemos de destruir, hemos de matar, hemos de morir. Y, en ese matar, llega la supervivencia mediante la obtención de alimentos o la defensa. Hay personas, que proclaman que no hay ni tan siquiera que defenderse, que venga lo que venga no pasa nada. Esto tiene su parte de falsedad, porque quien lo dice no sabe qué hará en el momento crítico y dramático de tener que defenderse. Lo descrito, no es lo real; lo narrado no es lo que se narra; por tanto, siempre estaremos pendientes de lo que podamos hacer.

 

No nos tiene que importar el futuro, pero hemos de ser conscientes de lo que puede venir. De la misma manera que si queremos paz, hemos de hacer algo al respecto para que la paz llegue. Mientras tenga el deseo de seguridad, de estar seguro, y para ello adopte todas las medidas para no ser perturbado ni agredido, tiene que saber que eso no es posible. Solamente en la inseguridad absoluta, por paradójico que sea, encontrará la seguridad. Tampoco la absoluta seguridad. Pero si la mayor seguridad posible. Por eso, cada vez que le llegue algo, como esto que está leyendo, o alguien le cuente alguna nueva teoría, lea su libro de la vida. Y, verá que claro queda todo. Y, ya no necesitará de la ayuda de nadie para que le digan lo que tiene que hacer, para que le digan que esto es negativo o es positivo. Y, entonces tiene una luz que alumbra su vida y la vida de los demás.

 

Pero, incluso esa luz, que es inteligencia y sabiduría, tiene que estar atenta y dispuesta a que la cuestionen, discutan e investiguen. Porque la mente puede acomodarse e inventar su realidad que más le conviene y más le gusta.

 

¿No ha pensado nunca cómo vive, qué hace con su vida, si tiene tiempo para observar, para verse cómo habla y discute, cómo come y trabaja, cómo consume el tiempo buscando placer para olvidarse de que está solo, para no ver la realidad que es la angustia de la soledad absoluta? Y, es por eso que no nos vemos tal cual somos, que hemos generado esta sociedad tan corrupta e inmoral, con sus desequilibrios económicos, con sus conflictos a causa de esta desigualdad, ya sea entre personas, entre países; entre nacionalismos, uno que domina y establece las leyes, a su favor, y otro que tiene que obedecerlas y acatarlas. Siempre está la división, el conflicto, que es la expresión del egoísmo, del ego, del “yo”. Pero, si te quedas amargado o neurótico, no podrás hacer nada, no podrás ir más allá de todo eso. Y, entonces la vida no tiene ningún valor ni sentido, salvo el de hacerse indolente o con cinismo.

 

Nosotros decimos que sí que podemos hacer un cambio radical en la psique del hombre, en el que el temor y el dolor no nos paralicen, ni hagan que nuestra relación entre nosotros sea una desdicha y una disputa continua. No espere a hacerlo dentro de unos días o mañana, lo tiene que hacer ahora; en este instante, en una mirada, tiene que ver todo el orden y el desorden que lleva implícito el vivir.