Torni Segarra

Seleccionar página
 

Alguien dice, que la vida es felicidad. Pero, se olvida de que también es sufrimiento. Vamos a investigar, todo esto de la felicidad y del dolor. Todos los seres humanos hacemos algo para huir del sufrimiento, para alejarnos de él, o que él desaparezca. Pero, pensar que al cesar el dolor, llegará la felicidad, es un error. Porque, tanto el dolor como la felicidad, es un capricho de la vida; nosotros solamente tenemos que vivir. Todos hemos de sufrir; y por tanto, siempre estamos haciendo lo que hacemos de manera que el dolor no esté en nosotros. Las personas que beben, se drogan; las que son fanáticas y las que se agarran a cualquier cosa, por noble y beneficioso que sea, todos quieren eludir el dolor. Pero, el sufrimiento es como nuestra piel, como el aire que respiramos. Hay algún momento de felicidad, pero siempre nos espera el dolor. Porque, para vivir tenemos que generar dolor en los demás; y esos demás, los otros, hacen lo mismo contigo y conmigo, con todo el resto de la humanidad. Pero eso que hacemos los humanos, también lo hacen los animales, que no dudan en provocarnos dolor con tal de poder sobrevivir. Así que, el vivir es dolor.

 

Por tanto, nos queda la muerte. ¿Qué pasa con la muerte? ¿Qué pasa después de la muerte? Aunque algunos tienen algunas opiniones al respecto, yo las descarto todas. Así que, no se nada al respecto de lo que ocurre después de la muerte. Por tanto, al no saber nada, en ese ámbito de después del morir, me atengo a lo que sí se, que es que la vida genera dolor. Así que, ya tenemos descartado el asunto de la muerte. Ya estamos libres de esa cosa que tiene que llegar, tarde o temprano, queramos o no, inventemos lo que inventemos, ella -la muerte- llegará. Y esto, esta libertad, me llena de energía y alegría, para poder encarar lo que sí sabemos, y que es una realidad., el dolor.

 

Pero, el dolor no puede desaparecer, es como la muerte misma, siempre está en nosotros. Cuando uno desea algo, el dolor ya está en la vuelta de la esquina esperándolo, porque a lo mejor no llega; y, si llega se dará cuenta que ese deseo, y la ilusión que le acompañaba por conseguirlo, no le resuelve el problema de su manera de vivir, de su vida. Por tanto, seguimos sin podernos deshacer del dolor de nuestras vidas. Pero, yo no quiero proseguir con ese dolor que me hace amargado, insuficiente, con poca energía. Así que, quiero descubrir, de una vez por todas, qué he de hacer para estar libre del sufrimiento y el dolor. ¿No se han dado cuenta, qué cuando hacen algo con amor, el dolor no está? Si que está, como siempre ha estado y estará, pero ya no es una molestia, no lo notamos.

 

Actuar, hacer algo con amor, quiere decir que habiendo visto de qué manera funciona mi mente, estoy alerta a todo lo que sucede dentro de ella, y también fuera; y así, es como provoco el menos dolor posible en los demás. Lo que sucede fuera de la mente quiere decir, de qué manera funciona la naturaleza, con su nacimiento y muerte, con su destrucción y construcción; cómo funcionan nuestros cuerpos. Por tanto, el dolor es mi amigo, mi amado, soy yo todo dolor. No quiero huir del dolor, porque lo amo; si lo destruyera yo también perecería. Porque, sabemos que para estar vivos hemos de vivir con dolor. Por tanto, ese problema que teníamos con el dolor, ya no nos preocupa. Es tan sencillo, como darse cuenta y comprender que cuando llega el invierno también llega el frío; y cuando llega el verano, viene el calor. Y no hay más. Aténgase a eso, no le dé más vueltas, y verá qué paz; y, como la vida es la alegría y el gozo del vivir.

 

Y entonces, eres una luz para ti mismo y para todos los demás. Porque, el amor es inagotable, infinito resolviendo, solucionando, aclarando, serenando. Y eso, es como tener una joya de inmenso valor, que uno cuida y protege; pero, que a la vez, la enseña para que todos disfruten de ella. Solamente, el ver todo esto claramente, es la comprensión y la libertad, con respecto a todo sufrimiento y dolor.