Torni Segarra

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La memoria, es su contenido, que está en el cerebro. Esa memoria, son todos los miles y miles de ayeres, miles y miles de años, que es lo que nos hacen repetitivos, condicionados. ¿Podemos librarnos ahora, no mañana u otro día, de todo ese pasado heredado desde hace tanto tiempo? Nos creemos muy civilizados, pero somos como los animales, aunque vayamos vestidos, etcétera, pues tenemos miedo, vivimos con temor. El miedo, es lo viejo, nuestra herencia más antigua. Los animales, tienen miedo. Ellos, actúan a su manera, que sería como si dijeran: esté lugar, donde estoy sentado tomando el fresco, a la sombra de este árbol, es mío; así que, no te acerques mucho o te atacaré; o, todos los frutos de este árbol, son míos, no cojas porque habrá violencia y guerra; y, lo mismo con las hembras. Los animales, como nosotros, lo quieren todo, van a por todo; y, van intentando establecer su posición y su estrategia para hacerse con todo, ser el más en todo.

 

Y todo eso, es el ego, el “yo”. La cuestión es: se puede cambiar todo esto; todo este condicionamiento, que desde siempre ha existido en la tierra desde que empezó la vida, tal como la conocemos. O, piensan que ya está bien, con su sueldo, su negocio, su casa para el invierno y otra para el verano, con sus viajes. Cuando más seguro se cree, es cuando uno no quiere el cambio. Por eso, los que no quieren la revolución, son los que temen algo que perder. Pero, no se crea que está seguro, no lo está en absoluto, porque sólo existe la inseguridad; y, los que no tienen en cuanto apenas nada, están esperando la oportunidad de hacer lo mismo que usted, pero menos delicadamente, menos sofisticadamente. Qué es: lo que más me beneficia lo quiero para mí. Es decir, el egoísmo. Y, por eso, es que hemos construido esta manera de vivir, esta sociedad, tan agresiva y violenta, con los hombres armados. Que, por cierto en el actual estado de cosas, en esta situación, tienen su sentido, como salvaguarda.

 

Cuando uno ve, que las personas son llevadas ante la justicia, piensa y se da cuenta lo que genera y provoca el sistema: la situación actual con su escala de valores de corrupción, de egoísmo, de falta de sensibilidad. Y ante todo eso, uno se pregunta, ¿aún necesitan más retos, más problemas, más impresiones traumáticas, para ver qué se puede hacer con ese condicionamiento, que nos atañe a todos, que es de todos, lo tenemos todos? ¿Qué siente ante el dolor que hay, al ver a las personas que viven y duermen en la calle, ante los que no tienen trabajo ni empleo? Si empezamos a investigar las causas de todo esto, es fácil establecerlas. Pero, esas causas nos llevarían a otras causas y así no terminamos nunca. Por tanto, el principio no sabemos donde está; y, por otra parte no nos interesa, porque aunque lo supiéramos no nos resolvería los problemas. Pero, sí que sabemos donde está el final de las causas: morir a todo lo viejo, a todo lo que nos hace egoísta y crueles. El egoísmo, es crueldad, es no pensar ante el daño que hacemos a otro; no pensar, ante la repercusión de la respuesta del otro a ese daño que le hemos causado. ¿Por qué, creemos que somos especiales, qué tenemos más derecho que los demás, qué solamente nosotros somos capaces de sufrir más dolor que los otros, es decir, como si los otros no sintieran el sufrimiento y el dolor como nosotros?

 

¿Podemos librarnos ahora, de todo el poso que hemos acumulado a lo largo del tiempo y sentirnos libres para mirar en todas direcciones, para mirar a las personas, a nuestros retos, cara a cara? Solamente, lo puedes hacer tú, pues es tu vida y tu responsabilidad. No esperes que te solucione los problemas el especialista en esto o aquello. Porque el que dice que sabe, es como tú; ya que, el observador, es lo observado; y por tanto, también está confuso, está angustiado por los problemas de la vida. Así que, eres tú el que se tiene que enfrentar al problema de la vida, al problema de tú vida. No hay más, tanto si quieres, como sino. Si dependes de otro, estarás perdiendo el tiempo, estarás aplazando el mirar cara a cara tu vida tal como es; no la que quiero ver, porque me gusta más y me satisface.