Lo negativo del tiempo cronológico, el del reloj, es que estamos atrapados por los pensamientos. Es decir, los pensamientos necesitan tiempo, ya que los tenemos que analizar e investigar, y mientras tanto el reto nos está pidiendo su urgencia, su necesidad. Si vamos por la calle y la persona que va delante de nosotros, tropieza y cae al suelo, ¿podremos empezar a discutir e investigar para ver quién es el que tiene que ayudar a la persona que está en el suelo -o tú, o yo-? Te das cuenta, de lo que está implicado en el tiempo. Y esa actitud, es la que tienen los políticos, los burócratas, los maestros y los gurús, los hombres llamados santos. Ellos dicen, con el tiempo podremos llegar a conseguir la felicidad, la justicia, la igualdad. Pero, con el tiempo eso no llega. Y es porque, no se dan cuenta que el tiempo es una trampa, es una ilusión. Porque, cuando llega el plazo fijado para conseguir eso que había sido proyectado, ese proyecto no llega.
Los gurús y los maestros, dicen: con este método, con esta práctica, si los respetas y ejercitas, conseguirás la liberación, conseguirás la quietud. Pero, el tiempo es un engaño; y eso prometido no llega. Un maestro, honrado, no-corrupto, que tenía varios seguidores-discípulos, le visitaban de vez en cuando para recibir su sabiduría; cuando llegó uno de ellos, y pidió permiso al ayudante para poder visitarle, cuando entró, el maestro le preguntó: “Ya lo tienes todo claro?¿Qué es la vida?”, el discípulo-seguidor empezó a dudar, a ponerse nervioso, y el maestro, que instantáneamente lo percibió, le dijo: “Márchate y cuando lo tengas claro, vienes y hablaremos”. Al cabo de un tiempo, volvió el seguidor y entró a ver al maestro, que le preguntó: “¿Ya has captado la realidad? ¿Qué es la vida, la verdad?”. Y el seguidor, empezó a no saber que decir. Cuando de repente, el maestro dio una palmada en la mesa y dijo: “Esto es, la verdad y la vida. Vete y vuelve cuando quieras”.
Así nos pasa a nosotros, ante la urgencia del reto dudamos, nos paralizamos, nos demoramos. Y eso es, porque no estamos enteros y completos, tenemos la mente llena de opiniones, compromisos y actividad sin descanso. Porque, para ser enteros y completos, hemos de tener en nosotros el vacío, la nada, lo intemporal. Y eso nos hará ligeros, ágiles, sin huir; porque nada más seremos, seres humanos, que viven lo que la vida nos ofrece.
Para acabar, el tiempo es adecuado, es necesario, para aprender a manejar una máquina, para aprender un oficio, para crecer físicamente, para ir de aquí hasta allá. Pero, en el ámbito psicológico, en el mental, cuando salimos del área convencional y superficial, es un impedimento.