Torni Segarra

Seleccionar página

1829. ¿Qué es mejor no acumular dinero, riqueza, casas, coches, etc., para que haya dinero para todos, o acumular, amasar riquezas y luego querer ayudar a los menos afortunados, a los pobres?

Acumular dinero, vivir como ricos, derrochadores, caprichosos, es una de las causas del dolor que sufren los menos afortunados. Querer blanquearlo con unas migajas de pan, es tan ridículo, superficial, que da ganas de llorar.      

 

 

1830. Hay que ver con la astucia que te agarras para interpretar lo que lees para que caiga todo a tu favor. Vamos a empezar otra vez con los católicos. Que han de ser discípulos de su único salvador.

Donde vivimos, hay millones y millones de apartamentos cerradas durante unos diez meses, que son solamente utilizados para el veraneo.

Te imaginas que si el salvador Jesús, viniera en los meses de invierno y viera los millones de apartamentos cerrados, lo qué diría. Tal vez diría, esas personas que viven por la calle, esos inmigrantes, esos desahuciados, ¿por qué no pueden ocupar esos pisos vacíos, cerrados, llenos de las comodidades necesarias para vivir en ellos?

O, ¿por qué una persona piadosa de los menos afortunados se consiente hacer esa inversión de tener dos viviendas?

Por eso, si me permites la licencia, cuando una vez Jesús fue a pasear por Roma, vio a un pobre y le dijo: ¿Qué tal te va? Va muy mal, le respondió el pobre, pedigüeño, no me dejan entrar en el Vaticano. Y Jesús le respondió: No te preocupes, a mí me pasa lo mismo, tampoco me quieren allí.

Por eso acabo diciendo, santo que respira no vale nada. Porque nadie que está vivo, puede ser santo, ya que para sobrevivir hemos de hacer algún daño a otros. Por lo tanto, hablar de si unos son buenos o más buenos, es ignorancia, idolatría, superstición, paganismo.  

 

 

1831. Esto es así, porque el que desea siempre estar atento es el ‘yo’ y su ideal de atención total, siempre. Pero esa atención total, siempre, no es un hecho. Y como no es un hecho entra en conflicto con el hecho de la inatención. Es como si uno no ve que no puede cambiar a alguien, y empieza a pelear, a ser brutal, cruel, con él.

Por eso, lo más importante son los hechos. Y no lo que nos gustaría que fuera. Porque atenerse a los hechos, es la acción que genera orden. 

 

 

1832. Creo que todo está mediatizado por los padres, las familias. Pues para poder estudiar, los niños, los jóvenes, han de tener el ambiente familiar de respeto por lo que se imparte en la escuela, el instituto. Han de tener una cierta intimidad, y para ello, han de tener un lugar de silencio, de paz.

 

 

1833. ¿Por qué somos idólatras de las personas? Está claro que es por el miedo a no ser nada, a estar solo. ¿Por qué hay quienes se dejan a adorar, como un símbolo pagano, creando una religión infantil, superficial, un juego en el que se saca dinero, poder, sumisión?

Pero las consecuencias de ese seguimiento e idolatría están ahí: nos hacemos neuróticos, dependientes, banales, materialistas, débiles, depresivos. 

 

 

1834. Éste no quiere moverse ni un milímetro. Pero como sabe que, si no hace algo, lo van a quemar vivo algunos de los que lo han votado. Dice que va a intentar hacer una exploración, con los afines a él, para realmente ver la posibilidad de derrocar a los corruptos que mandan.

Pero no se le ve interés alguno, ante la urgente necesidad de acción a la hora de erradicar a los corruptos que están tanto tiempo en el poder. Contaminando con su trama inmoral, corrupta, a todas las instituciones gubernamentales, convirtiéndose en autócratas. Que mienten, porque se creen que son intocables, que están más allá de las responsabilidades de las maldades, que han hecho con tanta naturalidad y descaro. 

 

 

1835. La vida es destruir, amor y construir. En una dinámica que no tiene fin. Porque, la verdad no sabemos lo que es. Ya que siempre está cambiando, moviéndose como un río sin final. Como si no pudiera acabar su trayecto para desembocar en el mar.

Ya que, en realidad, no podemos saber nada de todo lo que es la vida. Sólo tenemos un atisbo, cuando ya han pasado los hechos, que nos hace juzgarlos. Aunque la subjetividad, los prejuicios, siguen estando ahí, Distorsionando y confundiendo todo lo que decimos, creemos, defendemos.

 

 

1836. Lo único cierto es que no sabemos nada de lo que somos, ni de lo que es la vida mí el universo. Podemos mirar y ver algunas cosas superficiales. Pero nuestro condicionamiento nos confunde, nos desordena, nos deja en la ignorancia de siempre.

Y por eso, tal vez, viendo realmente quiénes somos, qué es lo que es el universo, la vida, podamos silencia la mente, crear ese vacío, que es la nada.  Y tener una visión de la totalidad, de la unidad de todo lo que sucede, de todo lo que existe. 

 

 

1837. Estar en contra, como estar a favor, eso no tiene ningún valor verdadero. Pues la realidad, lo que es, está más allá de nuestros deseos, prejuicios, condicionamientos familiares, de clase, de casta, culturales, nacionalistas.

Aceptar la realidad, nos agrade o no, nos hace tener un contacto directo con esa realidad, que son los hechos cotidianos de la vida. Y, si somos afortunados, sensibles, veremos que los problemas de agrado o desagrado, son en realidad, una invención personal, del ego, del ‘yo’.