Torni Segarra

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646. La tensión es la huida, la represión; pero cuando todo eso no lo hay, entonces llega la armonía, la relajación, el confort.

 

 

 

647. Desde un punto de vista, de libertad, todos tienen los mismos derechos, ¿no? Lo que yo tengo, ¿por qué no lo pueden tener los demás? ¿Por qué me empeño en que sólo lo tenga yo, impidiendo que los otros también lo tengan? ¿No se dan cuenta que todo el problema tiene su raíz, en que unos no quieren darles la libertad a los otros?

Cuando una persona, mujer u hombre, quieren la libertad, la necesitan, se vuelven como locos para conseguirla. Se juegan la vida, algunos la pierden, pero ellos no cejan para conseguirla.

No se acuerdan del muro de la vergüenza, de Berlín, donde se jugaban la vida para saltarlo, donde algunos morían. Ahora están las vallas que dividen África de Europa, con sus miles de personas que quieren entrar, donde pasan meses esperando, mal viviendo, pero quieren la libertad de venir a Europa. 

El problema básico de la vida es querer vivir con libertad y los otros que no quieren que se viva con libertad. De ahí que siempre haya violencia, guerra.

 

 

 

648. ¿El miedo y el amor, pueden ir juntos? No pueden. Porque el amor es la inteligencia, la sabiduría, que sabe y comprende por qué las cosas son como son, y tal vez no se pueden cambiar.

 

 

 

649. ¿Cuándo un país exhibe tanto el ejército, no quiere decir que la democracia es raquítica, en peligro de desaparecer?

EE.UU., Canadá, Inglaterra, Alemania, Holanda, Italia, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia, etc., ¿hacen esas exhibiciones nacionalistas intimidatorias?

El ejército tiene su lugar y su momento. Pero no puede ser algo que se use para que un grupo amedrente, sea usado para generar miedo, temor, a las vulnerables personas; ante un poder, que parece que va por su cuenta, sin una ética, ni moralidad, falta de inteligencia, tan necesarias para que haya paz; y no violencia ni guerra.

 

 

 

650. Pero que devuelvan el dinero todos los que lo han robado. Sean simples delincuentes, altos delincuentes; sean enchufados a la mafia del poder, que se les consiente de todo, con sus prebendas, influencias, los favores de los jueces, autoridades, etc.

La democracia, es la igualdad en todos los ámbitos. Pero, parece ser, que la democracia algunos la entienden en el peor sentido: todo para mí, nada para ti. Propio de un país subdesarrollado, autoritario, dictatorial.

 

 

 

651. Pero si la casa real está informada continuamente, cada día, cada hora, de todo lo que sucede, por los altos cargos policiales, los espías, los correveidiles del régimen.

¿Cómo pueden decir que no se enteraban de lo que hacía un miembro de su grupo, de su familia?

 

 

 

652. Todo eso es la consecuencia de creerse de que son especiales, como si fueran algo más que humanos. Porque, hay algunos que los defienden, creen en su manera de vivir; porque, en realidad son como ellos, a una escala inferior, aunque sus maneras son las mismas.

Cuando son como todos, personas igualmente vulgares, llenas de vanidad, de miedo de perder lo que son, ávidas de más dinero, poder, de dominar a los demás.

 

 

 

653. Van contra la corriente de la vida: todos somos iguales. Pero ellos, y los que los defienden y apoyan, han lavado los cerebros, para que esa lógica de la igualdad, no prevalezca.

¿Hay futuro en esa actitud desigualitaria? Lo que queda es el autoritarismo, las mentiras, falsedades, la corte de vasallos que se arrastran como miserables. Aunque ellos creen que no son; creen que también son especiales, dignos de todos los privilegios y prebendas; a costa de todos los demás, que están condicionados para que los acepten, defiendan, toleren, sus indignidades.

 

 

 

654. En democracia, si se cree en ella, se han de aceptar los resultados de las votaciones si han sido limpias, adecuadas.

 

 

 

655. Aunque esto no es terrorismo al uso, el resultado es lo mismo: provocar miedo, terror, pánico, muertes indiscriminadas. Pero ese terrorismo es el de ellos, por eso no lo ven dañino, lo justifican, lo aprueban, lo imponen de una manera o de otra. Pero no nos olvidemos, del sufrimiento, del dolor, de las tragedias desgarradoras, del abismo de la impotencia ante el poder, de las muertes que están ahí y prosiguen cada día.