Torni Segarra

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1261. Por eso todo el problema es uno: su fragmentación, su división, su lucha incesante. De manera que un grupo puede o no tener importancia. Ya que sólo hay que ser consciente de lo que somos internamente. Y eso se tiene que ver por cada cual. Si lo vemos, entonces esa visión que es orden, es lo que hace que la vida tenga sentido, sea sagrada.
 
1262. Toda aventura empieza con un sí. O con un no que desbarata y altera todo lo previsto y planificado.
 
1263. Sin perdonar los que se creen ofendidos, que han recibido un daño, seguirán sintiendo ese mal y ofensa. Pues el acto de perdonar, y aceptar ese perdón como un bien, es compasión, es amor.
 
1264. La felicidad no depende de lo que tienes o de quién eres. Se basa en la comprensión y en la aceptación de quiénes somos, de lo que somos.
 
1265. El karma es la totalidad de la vida. De manera que esto que escribo es porque he leído la pregunta ‘¿Qué es el karma?’.
Si tengo frío es el karma que se manifiesta en la bajada de las temperatura ambiente. Si tengo miedo es el karma por haber recibido una noticia de algo espantoso.
Si hago algún mal, daño, ya sea conscientemente o no, eso me va a afectar y decimos que es el karma. Si corro mucho y caigo haciéndome daño, es el karma de la prisa, de la ansiedad, del estrés. Si muero, es el karma  y la consecuencia de estar vivo.
Pero, el karma en su aspecto negativo, no es más que la actividad del ego, del ‘yo’, que se siente ofendido, humillado, maltratado, violentado, tratado cruelmente. Por lo que si no hay ego, ‘yo’, el karma no nos puede afectar. Sí que sigue operando, como cuando sale el sol y llega la luz del día, pero nosotros no somos partícipes de él, no nos altera mentalmente con sus problemas de lo bueno, lo malo, el bien y el mal, lo incorrecto o lo correcto.
Pues cuando llega el  amor, el ‘yo’ y todos sus inventos –ilusiones-, no puede ser.
 
1266. No hay manera de escaparse. Cuando un desastre, una hecatombe viene, hagamos lo que hagamos de una manera o de otra nos quedamos sin poder salir, huir. Tenemos que pasar por ello. Solo podemos menguarlo, que sea lo menos destructivo, horroroso y cruel posible.
 
1267. Las cosas y como son, la realidad, no hay manera de alterarlo. Cuando uno comprende que todo tiene su sentido y significado, ya no hay problemas, no hay huidas, miedo, fricción, estrés. 
 
1268. Cuando lo nuevo llega nunca estamos preparados. Pero por eso es lo nuevo porque no sabemos lo que es. La vida para que tenga sentido, para que valga la pena ser vivida, hemos de estar abiertos a lo nuevo. Es decir, a lo que nos llega.
Y si tenemos ganas, hambre de vivir, lo que nos llegue con  eso nos basta.
La vida tiene su propio orden, que es inteligencia, y ella sabe lo que tiene que hacer para que ese orden que parece incomprensible pueda seguir. Y ese orden es el que está más allá de los deseos y los caprichos, de la vanidad, que es lo viejo y repetido.
 
1269. Cuando unas personas pedían a otras que les ayudasen en sus tareas en el campo u otra actividad a cambio de dinero, era un contrato no escrito ni regularizado entre las dos partes. Por el tiempo, cuando se regularizó ese trabajo de alquiler de unos para otros también parecía esclavizante, denigrante, porque ataba el trabajador al patrono, propietario, por un tiempo que puede ser indefinido.  Y en todo ello, como va contra la libertad de acción, también es denigrante.
Las mujeres que alquilan su sexo por dinero –las prostitutas-, al regularizarse pierden libertad, autenticidad, pero ganan en orden, en una sociedad donde impera ese orden necesario para que no haya más anarquía y caos.
Al final, y desde el principio, todo se reduce en si los beneficios en dinero, en derechos, en respeto y dignidad, son favorables a la parte más débil y necesitada, ya que todo ha de estar supeditado a esto.
 
1270. El cerebro no engaña. El que engaña es el pensamiento, que crea el ego, el ‘yo’, y se erige en el director de la vida. Pero la vida es ingobernable. No es lo que nosotros queremos -los infinitos deseos, caprichos, vanidad-, sino lo que es, la realidad.
 
1271. Uno puede creer que está libre, limpio en su manera de proceder, pero los hechos demuestran lo contrario. Un partido que se diga que es moderno, progresista, humanista, pero que esté dominado por una camarilla de hombres, donde las mujeres son escasas y de bajo perfil, eso demuestra  que es machista.
Tal vez, es que en principio los dirigentes hombres espontáneamente se unieron y generaron el poder para iniciar el partido. Pero rápidamente tendrían que haberse dado cuenta o que eran misóginos,  afeminados,  machistas, y corregir esa ausencia de mujeres en los ámbitos del poder de decisión. Para no seguir siendo un partido machista, subdesarrollado y carca.
 
1272. La ley es o ha de ser igual para todos. ¿Puede un líder, un político, un gurú, no agitar y confundir conciencias? Seguimos con el yo sí que puedo, pero tú no puedes y no te dejaré. Por lo que también nos convertimos en dictadores, en tiranos.