Torni Segarra

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 2293. Aunque creas lo contrario, esa actitud tuya con ellos es lo que los vigoriza, les sigue dando energía, vida. No creas que son ellos solamente los culpables de todo lo ha sucedido, eso es demasiado infantil. En todo pleito, en todo conflicto, todas las partes tienen algo que decir. Porque siempre se podría hacer algo más para detener eso que nos está matando, destruyendo.

 
El más poderoso, por serlo, es el que domina todos los resortes del poder, entre ellos los medios de información -televisión, diarios, radio, etc.- . De manera que, así pueden contar la historia a su favor, de forma y manera para que personas como tú, y la mayoría, sigan diciendo que hay que eliminarlos, etc.
Recuerda que dentro de unos años, si ganaran las elecciones unos que no lo ven como lo ve el gobierno, y lo ves tú, esos que se les llama asesinos, criminales, etc., pueden ser vistos como personas normales, que han intervinieron en un conflicto armado. 
 
Igual como sucedió al morirse Franco, todos los rojos que decían que eran comunistas, algunos de ellos habiendo hecho maldades, ganaron el poder. Y entonces, estos decían que los asesinos eran los otros, que habían estado cuarenta años como si fueran santos, cuando también eran asesinos.
 
Por eso repito, la historia -y lo que sucede, está sucediendo- no es como nos la cuentan. Porque todos quieren ganar, vencer, y para ello han de hacer lo que haga falta para conseguirlo: falsear la realidad, mentir, contar la historia en la que se dice que unos son los malos y otros son los buenos. Cuando esa no es la realidad, pues todos tenemos nuestra parte de culpabilidad. Por aquello de que cuando uno no quiere, dos no se pueden pelear. 
 
 
2294. Con este panorama de pobreza y miseria, es como vivimos. Lo hemos tolerado, nos hemos acostumbrado, normalizado, de manera que hasta los que prestan la caridad se van de vacaciones y dejan  de servir a los menos afortunados. Es decir, no ven la necesidad, ni la urgencia de servir a los que más lo necesitan.
 
Los problemas para resolverse definitivamente nos tienen que quemar, o ser como si lleváramos una bomba en una bolsa que puede estallar en cualquier momento. Sin esa intensidad de energía estamos medio dormidos, somos indolentes, insensibles, indiferentes. Y es por eso que las playas están llenas a rebosar, unos con sus apartamentos sólo para el verano, otros que van y vienen como si allí les dieran de comer o alguna cosa de gran valor.
 
Pero la revolución es tener una mente despierta, que vive en cada momento todo lo que está sucediendo, tanto dentro como fuera de ella. De tal manera que uno es libre para mirar, ver, observar. Y si somos libres para mirar en todos los ámbitos, eso quiere decir que somos sensibles, que participamos de todo lo que es la vida. Y así es como nos damos cuenta de lo que nosotros provocamos en los demás con nuestra manera de vivir distraída, indiferente, indolente,
 
La pregunta es: ¿Puede una persona sensible, total, cabal, entera, ver la pobreza y la miseria que hay por todos lados y no hacer nada al respecto? Uno puede preguntar: y, ¿qué tengo que hacer, qué puedo hacer? No lo pregunte, haga algo. Porque esa pregunta quiere decir que no le está quemando toda su existencia, ver lo que hemos provocado con nuestra vida egoísta, de vulgaridad, de vanidad.
 
 
2295. Los pensamientos por nobles que sean, están mediatizados por lo que somos internamente. Podemos estar ante la maravilla del mar al amanecer, y uno decirle a otro: ¡Qué dicha es ver tanta belleza! Pero el otro es indiferente, no ve la belleza por ninguna parte. 
 
Con las palabras sucede,lo mismo, si antes que nada no hay orden internamente, por muy sugerentes que sean las palabras no harán impacto en nosotros de ninguna manera. 
 
Por eso todo el problema es de uno, es uno. Eso es en el ámbito psicológico, espiritual. Pero en lo físico, si es que no estamos perturbados mentalmente, lo que hay, lo que es, la realidad, siempre es la misma. La naturaleza, es como es nos guste o no, al igual que sus reacciones al calor, al frio, sus infinitas maneras y posibilidades. Pues la naturaleza no tiene  gusto por nada, ella solamente se limita a actuar de acuerdo con unas leyes que no saben cómo se han hecho ni quien las dirige.