Torni Segarra

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937. Cuando ya tenemos una idea de lo que tiene que ser su resultado de algo que hacemos, es cuando perdemos la inocencia, el estado de gracia. Pues toda idea, por buena, bien vista y noble que parezca, es fruto del pensamiento. La memoria de todo lo que hemos sido, las experiencias de placer, de dolor, de ansiedad, de miedo, todo eso es el pensamiento.
O sea, que el pensamiento al ser consciente de lo que sucede, de la realidad, genera la memoria. Y para manejar todo ese infinito depósito de memoria, del pasado, el pensamiento ha inventado el ego, el ‘yo’, que se erige en el director, el ejecutor, el que dice esto está bien o está mal.
Pero el ego, el ‘yo’, al ser fruto de la memoria, que es el pasado, todo lo que hace, al querer imponer el pasado al presente, se divide, generando desorden, confusión conflicto.
Por lo que el amor, el dar, la compasión, la generosidad, todo lo que hagamos, para que tenga sentido y significado, sea verdadero, ha de estar libre de ideas, teorías, no ha de tener ninguna base mental, pues esa es la única manera donde el ego, el ‘yo’ no pude ser ni operar.
El ‘yo’ es el que dice: ‘Yo soy lo importante, el que sabe; yo soy el primero para que me atiendan porque tengo miedo, sufro, me encuentro solo’. Dando vida al ‘mi’: mi país, mi religión, mi idea política, mi manera de vivir, que se contrapone y entra en conflicto con los otros que también dicen lo mismo. Por lo que todo sigue igual, por mucho que hagamos, digamos que queremos cambiar este mundo confuso, despiadado y cruel, como siempre: divididos, enfrentados, indiferentes, haciéndonos la guerra con toda su maldad y desgracias.
 
938.  En todo lo que nos sucede hay algo que no nos gusta: asumir nuestra parte de todo lo que ha sucedido o sucede. Pues creer que uno es solamente la víctima es un error, es no ver todo el vasto panorama de la vida.
Pero cuando nos damos cuenta que el observador y el observado -tú y yo, nosotros y ellos- son lo mismo, entonces al cesar la división interna, es cuando puede operar la inteligencia. Generando la compasión, el perdón, la inocencia, la empatía, donde nadie se ve como un enemigo, sino que está representando su papel que le ha tocado en la vida. Igual como cada cual, nosotros hacemos nuestro papel nos guste o no.
Y desde ahí, es cuando podemos comprender la vida, lo que nos pasa, que es lo mismo que comprender la manera cómo funciona el pensamiento, la mente.
 
 
939. El perdón es el estado de comprensión de lo que nos sucede a las personas. Es decir, sin comprender cómo actuamos, cómo opera el pensamiento, no puede haber perdón.
Pues el olvido es una ilusión, ya que todo lo que nos sucede queda grabado en la memoria para siempre. Por lo que la comprensión es lo que libera de la culpa, del perdón, de los recuerdos de la memoria y sus consecuencias.
 
940. Renuncio a renunciar, o a no renunciar.
 
941. ¿Puede la voluntad estabilizar la mente creando conscientemente poderosos pensamientos de amor, paz y felicidad? Primero, la mente es ingobernable. Pues sólo los tontos se dejan manejar, dominar. ¿Puede el amor ser generado por el pensamiento, que es memoria, el pasado, fruto del deseo, del miedo? El amor es la libertad de lo  conocido, de lo que ha sido o será. Donde todo queda quemado, aniquilado, para que el ahora, lo atemporal, pueda ser.
 
942. El problema es que veo necesaria mi violencia, la justifico, pero digo que solamente son violentos los demás, con los que convivo haciendo la guerra.
Pero el problema es más grave aún, pues si no convivimos con respeto, con justicia, sin generar agravios, ni explotación con su crueldad, si somos indiferentes, indolentes, a las dificultades y los problemas de los menos afortunados, el conflicto y la violencia, la guerra, estará siempre ahí. Ya sea de baja o de alta intensidad.
 
943. ¿Qué hacemos entonces en estos grupos donde sí afloran los egos, donde cada uno cree interpretar la cabalidad de Jiddu Krishnamurti?
El ego no puede cesar, no se puede destruir ni eliminar definitivamente, solamente eso sucede caprichosamente cuando vamos más allá de él, del ‘yo’. Por lo tanto, hemos de vivir con eso. De lo contrario, es cuando seguimos divididos, haciendo las cosas de manera para que el ego sea, prosiga. Es decir, cuando no me divido del ego, cuando no hago un conflicto, es cuando éste cesa.
 
944. Lo más interesante, bonito, que tiene la verdad es que todo lo aclara, nada se puede ocultar, y nos ven realmente quienes somos, cómo somos. Pues, las palabras no sirven de nada ante la verdad.
 
945. La manipulación es tan antigua como el hombre, desde que se creó el ego, el ‘yo’. Porque la manipulación es el miedo en acción, que ataca para defender lo que cree que es suyo. Y como todos creemos y hacemos lo mismo, al estar relacionados y participar de la mente global, de ahí este mundo con su manera de vivir.
Por lo que da igual cuales sean los canales que nos quieren informar: todos son falsos, confusos, generadores de desorden. Solamente uno, cada cual ha de ser capaz de ver lo falso y descartarlo.
 
946. ‘Mirando a la nada, pensando en todo’.
Eso es lo mismo que sin amar exclusivamente a nadie, amamos a todos.