Torni Segarra

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 2879. Señores la Diada, no es de nadie. Es una fiesta de todos. Pero los que se han autoexcluido -rabiosos, llenos de odio a Cataluña- dicen que la fiesta ha sido absorbida por los que quieren la libertad, la independencia.

¿Cómo van a participar los partidos nacionalistas centralistas fascistas españoles, si en esa fiesta se glorifica a Cataluña, -el espíritu de un pueblo que resistió a todas las invasiones de los reyes españoles-, donde hay una profusión de banderas, y un gran sentimiento de libertad?

 

Esos partidos títeres de Madrid, nunca estarán contentos en el momento en que ven una bandera catalana, en el memento que se glorifique a Cataluña. Porque ellos no quieren la libertad de Cataluña, ellos quieren seguir siendo ser una colonia de España.

 

 

2880. Esos partidos títeres de Madrid, se han inventado que son ‘hijos de papá’, delicados y melindrosos. Y la mafia periodística de Madrid, nacionalista centralista fascista española, como no puede ser de otra manera -ante tanto regalo para ellos-, los miman, los defienden como si fueran los mártires, cuando son verdugos.

 

Si eso que pasa en Cataluña, pasara en Madrid -en España-, esos partidos del quiero y no puedo no saldrían ni en televisión. ¿Han visto la dictadura estalinista que es TVE, Antena-3, laSextatv, Cuatro? No tienen ni decoro ni vergüenza, son maleducados, groseros, dictadores, ofertantes del diablo con tal de vender y halagar a sus superficiales espectadores.

 

 

2881. Señores propagandistas, difamadores, nacionalistas centralistas fascista españoles, si en España sucede lo mismo: en la profunda Castilla con menos votos tienen el mismo valor que los de las grandes ciudades.

 

La pregunta: ¿Por qué no solucionan ese sistema, que según ustedes, es una injusticia? Pero respondan, por favor, no callen. Ni sigan actuando de manera que están haciendo a las personas como si fueran subdesarrollados mentalmente.

 

 

2882. Esa reforma no es cosa de un político. Esa reforma necesita un consenso de la Cámara, del Parlamento.

 

 

2883. En Madrid hay un problema: casi todos los diarios y las televisiones son de la derecha rancia, carca, casposa. Y todos los demás: los curas -los obispos- que tienen allí las poltronas; los militares que tienen allí sus seguidores que se desbordan por la pasión nacionalista, la tradición, etc.; los banqueros, los empresarios; también son de derechas. Todos los entramados, que se sostienen por la derecha -son la derecha- tienen en Madrid sus centrales, donde intrigan y manipulan con tal de que su negocio, sea el que sea, prospere.

 

Los demás como siempre, son poca cosa, servidores de esa casta de ricos y poderosos. Donde de vez en cuando, como ahora, ocupan el poder un tiempo. Esperemos que esa manera de vivir, que genera tanto sufrimiento y dolor, de paso a otra más racional lógica, sensata e inteligente -si es que, como decimos, queremos la paz, la no violencia-.

 

 

2884. En democracia el vencedor es el que -o los que- consiguen la mayoría. Ya sea en solitario, o en coalición con otros grupos que suman sus votos para así ser la mayoría absoluta. Es decir, son los encargados para tener el poder y gestionar todo lo necesario que les compete.

 

Los que no aceptan estas situaciones, son dictadores, o ignorantes de cómo funciona una democracia. La democracia, por eso es libertad, respeto, igualdad.

 

 

2885. Ni el gobierno central, ni la oposición, van abolir la tortura y muerte de los toros, lanceado, de lo que se conoce como ‘El toro de la Vega’, Tordesillas, España. Porque los partidos quieren seguir en el poder, mandando. Y el poder se puede conseguir mediante los votos de los ciudadanos. Por tanto, si un pueblo, ciudad, capital, quieren seguir con la tortura y asesinato violento de los toros, así será.

 

¿Y la moral, y la decencia, y la civilización, y el respeto, la compasión por los animales, toda la naturaleza, la vida? Ante la droga del poder, y lo que el genera, todo queda relegado.

 

Lo que queda es votar a los políticos que no se corrompan por el poder, de manera que se confunden y no saben que es lo adecuado o no, el bien o el mal, la honestidad de la sinvergüencería. Y por eso viven en la ignorancia, no saben ni el más elemental sentido común: respetar la vida, respetar a los animales y no maltratarlos, destrozarlos, como si fueran un juguete de cartón.