Torni Segarra

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186. Ayer leí tu entrevista en el diario…. Gracias.
Todas las cosas, y todo lo que decimos, tiene su parte positiva y también su parte negativa. Has mencionado la parte positiva del ejército, para justificar la ubicación de otro nuevo museo militar en Barcelona; pero no has dicho nada de su parte negativa.
Ya había un museo militar, y legalmente lo quitaron. Y ahora vosotros lo queréis volver a poner. Pero eso, seguramente no acabará ahí. Porque los que lo quitaron eran de izquierdas. Y ahora, los que lo quieren poner son de derechas. Pero seguramente, como es muy probable que vuelvan a mandar la izquierda dentro de poco, querrán quitarlo otra vez.
Por tanto, ¿para qué crear otra institución, con sus polémicas, sus gastos, etc.? Recuerda que si algo es bueno, necesario, adecuado, eso mismo se acepta con naturalidad. Pero los ejércitos, aunque tienen su sentido y su momento, ya que vivimos de manera que son precisos, como comprenderás no es una cosa muy recomendable, porque en realidad son una maquinaria de matar. Y muy pocos son los que les gusta y quieren matar, con todo lo que le sigue, sus consecuencias de crueldad, de miseria y bestialidad, de sufrimiento y dolor.
Los ejércitos nacieron porque el más fuerte y poderoso de un lugar, necesitaba a otras personas que le ayudaran a defender sus propiedades, lo que él decía que era suyo, que incluía a aldeas, pueblos, ciudades y sus personas. Pero la raíz del origen del porqué tenían que defender sus propiedades nunca lo abordaban ni aclaraban.
Es muy sencillo: si tú tienes lo justo, si eres honesto no mentiroso, ni un corrupto ladrón que explota y se aprovechas de las personas sencillas, inocentes e ignorantes, vulnerables, ¿por qué tendrás miedo de que te ataquen, te roben? ¿Por qué necesitarás una guardia personal, un ejército, inventar leyes para que pueda operar dentro de la legalidad que te conviene?
Por eso, los ejércitos todos están siempre a favor, defendiendo a los más poderosos. Y de ahí su antipatía desde siempre de las personas que nunca son poderosas. Pues sin los ejércitos, ¿cómo podría sostenerse una monarquía antidemocrática, que no se expone a que la voten o no, como lo hacen todos los partidos políticos, de manera que la democracia así siempre es nueva, joven, dinámica, no anquilosada ni carca? Y eso mismo pasa con los dictadores y tiranos, que necesitan unos fuertes, implacables y sanguinarios ejércitos, donde el poder civil y militar se confunde haciendo una unidad para autodefenderse mutuamente –que a veces incluye a la religión organizada-. Y por tanto, ¿es posible que el ejército  viva al margen de los corruptos que mandan? Si no lo hace, si no puede hacerlo, entonces la antipatía hacia el ejército, los militares, de las personas sencillas sin poder real –no el fáctico- siempre estará ahí.
La simpatía hacia el ejército llega cuando hay una invasión militar de otro país, ya que lo tiene que defender del atacante. O porque se desencadena una guerra civil. Y como sabes, para que haya una guerra civil el ejército se tiene que dividir en dos bandos, uno a favor y otro en contra, por lo que cada bando que hace la guerra glorifica a su fracción del ejército.
Por lo que, si desaparece lo deshonesto, la maldad, el querer apoderarse y robar, dominar  y explotar a los demás, invadir y ocupar otros lugares o países, vemos que el ejército no tiene sentido ni lugar -ni en defensa ni en ataque-.
 
187. Para sobrevivir ha de ser a costa de otros -eso se ve con toda claridad en la naturaleza donde cada animal se come si puede a otro-. Nosotros lo hacemos con toda naturalidad con los animales. Y también con las personas: cuando explotamos, robamos, maltratamos, somos crueles e indiferentes con los demás, también los estamos matando.
Pero si uno quiere vivir, ha de comer para sobrevivir. Y todo alimento animal o vegetal es una forma de vida, que sacrificamos. Y todo eso se ha de comprender hasta la raíz de manera que seamos los menos dañinos, asesinos.
 
188. Cuánta soledad para tener que ver a las personas con los ojos cerrados en la cama. En el directo, cara a cara, se aclara todo. Pues la realidad se impone. Y no los inventos de la realidad que nos gusta y nos agarramos a ella, como unos desesperados náufragos se agarran a una pequeña isla  solitaria. Es decir, la realidad es tozuda y se impone nos guste  o no.
 
189. El dar, el compartir, la generosidad, ha de ser de la nada hacia la nada. Ya que si media intencionalidad, resultados, deseo por bueno que sea, etc., se convierte en un vulgar negocio.  Donde el triunfar, vencer, conseguir, nos hace brutales y crueles aunque no nos demos cuenta.
Esa nada, quiere decir el vaciado de la mente, del pensamiento que es el que busca resultados.  Ya que tiene miedo de la inseguridad, y así busca el confort de la certidumbre: lo que doy, lo que hago tendrá una recompensa, ya sea material, económica, como psicológica, espiritual.
 
190. Como todas las mentes forman parte de la mente global, todas tienen el mismo paradigma, es decir, el mismo condicionamiento, la misma programación. Así que las diferencia entre una mente y otra es de grado, de nivel. Es como a la hora de vivir: unos tienen mucha actividad, otras poca, otras una actividad mediana, etc., pero nadie se puede abstener de hacer algo: ha de levantarse de la cama, vestirse, evacuar, lavarse, relacionarse con los que convive, trabajar, etc.
 
192. ‘¿Qué está soñando? Es todo lo que experimentamos en un estado de sueño. ¿Cómo se podría parar eso?’.
Lo que soñamos es todo el poso del pasado, que es la memoria. Este pasado es nuestro condicionamiento, nuestra manera de vivir, cómo vivimos cada cual.
Ahora bien, de la misma manera que hay personas que le dan importancia a lo que sueñan de noche cuando están dormidos, creen y ven en ello como un aviso, una premonición, y no se pueden liberar de esa esclavitud, también las personas viven  de manera que no ven el sueño  que viven en sus vidas cotidianas. El sueño del ‘yo’ y el ‘tú’, el ‘nosotros’ y el ‘ellos’.