Torni Segarra

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2186. Hemos de tener el sentimiento de gratitud, porque todo podría ir a peor de lo que va.

Y eso es un misterio de la vida: ¿por qué nosotros somos afortunados con respecto de los que lo son menos? 

 

 

 

 

2187. Si hay distorsión, fricción, conflicto, la energía y el poder que nos da para responder a los retos, no llegará. Sólo cuando hay atención absoluta con lo que hacemos, observamos, que la energía y su poder que nos proporciona, llega en su máxima posibilidad posible. 

 

 

 

 

2188. Si decimos: ‘Cuando dejamos de juzgar, porque ya no hay bien ni mal, sino más bien la vida que eligió cada uno’. Ese elegir ya implica una opción, algo que contrastar y cotejar -el ‘yo’-. Porque si ya no hay bien ni mal, de nada hay que huir, a nada hay que agarrarse, porque esa elección es del pensamiento, el pasado, la mente que ya tiene astutamente un plan. Que es cómo eludirá el miedo, la muerte, la soledad. 

 

 

 

 

2189. No lo hará. Y si dijera que la tortura y asesinato violento de los toros, es malo, es un pecado. Entonces dirían que el Papa es un revolucionario, una buena persona, un santo, cuando esto se lo más normal: decir e informar de que no hay que maltratar ni hacer daño a nadie.

  

 

 

 

2190. Corromperse, entendido como hacer mal, daño a otro, ese es nuestro paradigma. Pues para vivir hay que comer. Y para comer hay que matar. Y luego está todo lo que se necesita después de comer: casa, ropa, coches, vicios, viajes, etc., la persecución del placer. Lo que quiere decir dinero, mucho dinero. Es decir, mentir, fabular, contar cuentos, inventar otra realidad, que es más corrupción.

 

 

 

 

 

2191. Creo que estamos confundidos cuando esperamos algo de los otros: algo que nos conmueva, que se entregue a nosotros sin pedir nada a cambio.

 

Los políticos, son personas normales, sencillas, como tú y como yo. Y, ¿qué podemos hacer por los demás si tenemos miedo a sufrir, a sentir dolor? Pues todo lo que hacemos, de una manera o de otra, nos lleva al dolor.

 

El político, como cualquier persona, si quiere ayudar a otro de verdad ha de estar dispuesto a perder la vida por los demás. ¿Es eso posible vivirlo sin que nos cause amargura, dolor? Porque si no estamos libres de dolor, la ayuda será distorsionada, desordenada, con ansiedad, confusa. Lo que quiere decir la continuidad de los problemas, de las desigualdades, de los nacionalismos, del capitalismo o el comunismo.

 

 

 

 

2192. ¿A quién hay que dar las gracias? Si nombramos a alguien eso no es real ni verdadero. Pues en toda circunstancia, en toda acción, hecho, participan toda clase de personas anónimas, causas y efectos infinitos, donde la mente es incapaz de llegar.

 

Si decimos que las gracias son para dios, entonces eso es un concepto, una explicación rutinaria, folclórica, costumbrista. Pues si en verdad fuera para dios, eso él no lo necesita. Porque dios es todo poder en todo los ámbitos, lo inexplicable, que por sí solo se basta.

 

Además cuando damos las gracias, hay un gozo egoísta por habernos salido algo bien, que deseábamos, buscábamos, con todas las herramientas de la mundanalidad: el deseo egoísta. 

 

 

 

 

2193. ¿El amor puede estar mezclado con las decisiones? Pongamos que yo quiero tener amor, pero no lo tengo en absoluto.

Pero primero que nada hemos de saber qué es el amor. Si el amor tiene explicación, entonces no lo es. ¿No es cierto? Porque el amor está más allá de las palabras, conceptos, ideas y teorías.

Pero mi decisión, mi deseo, es tener amor. Y por eso creo, invento lo que digo que es amor. Pues el amor es lo desconocido, lo que nadie ni nada ha tocado, lo que nace del vacío, de la nada.

 

 

 

 

2194. El cambio, lo veamos o no, siempre está ahí operando. Es como la corriente de un gran río siempre en movimiento, siempre cambiando.

El problema es cuando queremos reprimir ese cambio, o acelerarlo, que es lo que siempre estamos haciendo. Pues de esa desarmonía generamos desorden, confusión. Y todos los problemas que llegan al dividirnos de la realidad, van a generar conflicto, violencia, guerra. 

 

 

 

 

2195. El perdonar implica volver a ser la nada, el vacío, el olvidar el pasado. De manera que uno vuelve a nacer con su inocencia -la mente no divisiva-, sin miedo ni temor, sin brabuconería por defenderse. Sólo entonces, vuelve a aparecer el gozo de vivir, donde uno puede verlo todo bañado por esa luz de lo sagrado.

 

 

 

 

2196. Todos nuestros males llegan por la ignorancia. Y como consecuencia, no nos damos cuenta, que si no prestamos toda la atención a lo que sucede, tanto dentro como fuera de nosotros, entonces la energía no nos llega en su totalidad para poder responder adecuadamente al reto que nos llega.

La división interna es la raíz de toda la degradación con que vivimos. Si uno se divide de otro, ¿puede haber belleza, gozo, en la relación? No lo habrá, sino generará ira, rabia, celos, deseos destructivos, huida con su confusión.

Y si eso lo llevamos a la sociedad, ahí están los hombres armados y los políticos que los dirigen, para llevar hasta el final ese desorden y confusión: los celos, la agresividad, la violencia, por el miedo que hemos desencadenado al dividirnos de los demás. Por estar distraídos, inatentos, huyendo de la realidad. 

 

 

 

 

2197. La realidad se puede describir mediante la comprensión de la materia, lo físico, el funcionamiento del cuerpo. Pero hay otros que descartan todo eso a priori, porque creen que todo está movido por una energía mágica, sin ley ni norma aparente.

Creo que lo adecuado es la conjunción de ambas actitudes. Ya que en realidad se trata de lo interno, mental, y lo externo: físico, somático.

Donde no podemos saber qué es lo que determina a lo otro -si es que ello es una realidad, o una ilusión nuestra y sólo existe la unidad total-.