Torni Segarra

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1968. Las matanzas no solamente se hacen en las guerras, en el terrorismo, se hacen también en la vida cotidiana cuando se desencadena una crisis económica devastadora. Cuando empiezan los recortes de los servicios sociales básicos; cuando los sueldos y las pensiones pierden el valor para poder comprar medicinas, asistencia sanitaria hospitalaria, para tener el confort necesario en el hogar: calefacción, agua caliente, limpieza.
¿Cuántos millones de personas han muerto en esta última crisis económica debido a las deficiencias asistenciales, al cerrar dependencias sanitarias, al recortar las plantillas hospitalarias, a la asistencia deficiente, al encarecimiento de las medicinas, de las visitas?
 
1969. Los poderes ejecutivos, si no hay nadie por encima de ellos -un Tribunal Penal Internacional o Nacional-, puede acceder a documentos ocultos y hacer lo oportuno para aclarar y resolver una cuestión.
 
1970. La creencia para que sea verdadera ha de nacer y morir a cada instante. De manera que la mente experimente el vacío, la nada, la creación.
 
1971. Si pagan el alquiler, ante la inminencia del desalojo, de los Okupas, mal. Si no se paga y se desencadenan incidentes violentos, quema de cajeros, destrucción de cristalería de las tiendas, cortes de tráfico, destrucción del mobiliario urbano, etc., mal también.
¿Cómo quedamos? Decimos que no queremos la violencia, que somos pacíficos, pero eso hay que demostrarlo a todas horas. De lo contrario sucede lo que vemos por doquier: personas fuertemente armadas, cuarteles llenos de jóvenes personas que se ejercitan para matar y ser matados.
 
1972. El placer no se puede evitar. El placer es una energía autónoma, como toda energía. Solamente hemos de comprender cómo nace, crece, se expande, cesa.
Es decir, el placer es como el frío de invierno o el calor de verano, está siempre ahí y nosotros hemos de soportarlo, disfrutarlo.
 
1973. No hace falta buscar lo que creemos que es nuestra alma gemela. Pues todas las almas son iguales, son la misma cosa: la conciencia, la percepción, operando. Unas pueden ser más activas y percibir más, y otras menos, pero la esencia es la misma: la percepción de algo que nos da la oportunidad de descartar el desorden.
 
1974. ‘¿Cuál es el propósito de la vida?’
¿Algo que es total -que todo lo incluye-, absoluto, sin tiempo –eterno-, puede tener un propósito? El propósito es la actividad del pensamiento, que es divisivo, que cree buscar lo bueno, y dice que lo ha encontrado. Y por eso, hace de eso bueno algo estático, repetitivo, corrupto, mortecino. Hace un sistema para sostener eso que dice que es bueno. Por lo que llega la división y toda la miseria de la humanidad.
 
1975. ‘Trabajar en la seguridad en uno mismo es esencial para poder disfrutar de una vida satisfactoria y aprender a sentirte a gusto con lo que haces y con lo que eres’.  ¿Existe la seguridad en cualquier ámbito, ya sea el psicológico, el espiritual o el físico? Como no existe, pues sólo existe la absoluta  inseguridad, todo deseo de seguridad es una pérdida de energía que se manifiesta en  confusión, en desorden.
Confusión y desorden que nos va afectar a nosotros y a todos los demás: la sociedad, el mundo donde vivimos, la manera  cómo vivimos, nuestra escala de valores, nuestra sensibilidad –haciéndonos indiferentes e indolentes-. Pero si he comprendido la futilidad, la tontería de ir detrás de la seguridad, entonces la vida adquiere otra dimensión donde lo nuevo nos libera de todo el pasado y el futuro.
La seguridad es el pasado. Lo nuevo es lo atemporal, la libertad.
 
1976. ‘Si Dios existe, ¿por qué Él creó un mundo tan doloroso?’.
Para hablar de dios, primero hemos de ponernos de acuerdo en qué es dios. Y como no nos pondremos de acuerdo, es mejor no tocarlo ni hablar de él. Pues sería tanto como pretender hablar de la nada, del vacío, de lo desconocido, de lo que está más allá de las palabras.
 
1977. ‘Nobleza está disponible libre de costo, pero todo pueden ser adquirido a través de él –maestro, gurú-’.
Conseguir algo a través de alguien, ¿no es impuro, no sagrado? Pues ese alguien es la mundanalidad a la que responde nuestro ego, el ‘yo’.
Uno no puede responder a la nada. Es la nada que se responde a ella misma, sin que nosotros podamos comprender ni intervenir. Y lo sagrado es la nada.
 
1978. Mi más enérgica protesta por esa macabra, salvaje y cruel costumbre de torturar a los toros por placer y diversión festivalera. ¿Es que están tan degenerados mentalmente -neuróticos- que necesitan que los inocentes y vulnerables animales les distraigan a costa de maltratarlos, de tratarlos como si no tuvieran ningún valor real que es sus vidas? Toda vida es sagrada. Y esas personas subdesarrolladas mentalmente, son incapaces de verlo. Y es por eso que sus vidas son tan vulgares, derrochadoras, sin importarles las personas que no tienen nada para poder sobrevivir. Mientras ellos ingieren grandes cantidades de bebidas alcohólicas, de comida. ¿Tienen cultura esas desgraciadas personas? Ellas dicen que sí. Se atreven a decir que maltratar a los toros es un arte, un rasgo de valentía de bravura animal. Luego ante tanta superficialidad, se quejarán de que los políticos no les suben el sueldo, de que sus prestaciones sociales son escasas, de que el trabajo es un maltrato. Pero ya no se acuerdan que ellos son unos crueles maltratadores de unos animales que son llevados a la fuerza para torturarlos, matarlos.