Torni Segarra

Seleccionar página

2644. Está claro que de una monarquía no puede generar tanta libertad, porque esa misma libertad acabaría con ella. Por lo que, la Carta Magna sólo eran bonitas palabras sin ningún sentido real.

Fueron los americanos Jeferson, etc., los que la llenaron de hechos y la desposeyeron de palabras retóricas, políticas, vacías de contenido.

La libertad, que es amor, es lo más peligroso para los que se aferran al poder -la menarquia, su casta, rica, privilegiada-.

 

 

2445 ‘Ámate a ti mismo como desea ser amado.’ Eso es absurdo, porque queremos que nos amen hasta entregarlo todo: la vida. Pero nosotros no lo hacemos.

 

 

2446. Los tontos, los necios, a veces se queman por eso; por ser tontos, estúpidos. Pero, culpan a los otros del mal.

 

 

2447. ¿El camino medio existe o es otra ilusión? Porque hay que tener un referente para saber que estás en el medio; pero ese medio, es subjetivo, sólo lo ves tú. Además, la realidad, siempre cambiante, no nos deja que nos aferremos a nada -ni a los extremos ni al medio-; de lo contrario nos dividimos del presente, de lo que está ocurriendo, del ahora.

 

 

2448. Lo que quiere decir, que, si estuviera solucionado el asunto de la libertad, independencia, estos problemas tal vez, no existirían. Una sociedad, una persona, no se radicaliza por un capricho de las masas, ha de haber un motivo, un hambre incontenible -de libertad- para que esa radicalidad sea posible.

 

 

2449. ‘Me hace gracia la gente que se escuda bajo [una ideología] a favor del pueblo. No, vas a favor de ti mismo, desgraciado. El socialismo es otra cosa muy diferente y no lo que hacen estos.’

Y, ¿cuál es tu ideología? Porque tendrás alguna, ¿no?, aunque sea la izquierda humanista. Y, ¿qué es el socialismo; cuál es tu descripción del socialismo?

 

 

2450. No huyas, ni quieras cambiar la realidad; porque el resultado será más de lo mismo.

Nadie es culpable él solo de un conflicto, en el que participa, son como mínimo dos. Y los dos son básicamente iguales: quieren ganar como sea, como les dejen; y claro, se pasan y hacen barbaridades.

Los conflictos hay que comprenderlos y darles una solución, descartarlos, para que no generen más drama en la vida.

 

 

2451. Tienen a su favor, la superficialidad, que es ignorancia, fácilmente manejable. Por eso en los lugares donde han estado veinte años robando, creyendo que el lugar era propiedad de ellos, los vulnerables e inocentes les han estado votando. Hasta que, por la fuerza de los hechos, les ha estallado ese artefacto tan peligroso y mortífero, que es la corrupción, que roba millones y millones, degrada la vida toda ella, que mata a millones de personas silenciosamente, como si no asesinara.

 

 

2452. Una víctima, está muerta; y por tanto ya no sufre ni necesita nada. La vida no es para los muertos, es para los que estamos vivos. Por eso, lo más importante, urgente, grave, dramático, es lo que nos sucede a los que estamos vivos -y con eso ya tenemos bastante y de sobra para dedicarnos a ello, trabajar-.

Al muerto tierra con él. Y si se quiere añadir: Entre todos lo matamos y él solito se murió.

 

 

2453. ¿Es posible no identificar a los agentes que participaron en el arresto -de un presento terrorista-? Si es así, eso demuestra el desorden; o las mentiras y falsedades que usan las autoridades para quitarse de encima las maldades que hacen.

 

 

2454. Creo que el último recurso de Jiddu Krishnamurti., es que después de ver la realidad, lo que es, dice que cuando ves el absurdo, el sinsentido, es cuando hay que ir más allá de todo eso. Y claro, eso descoloca a todos. Porque ir más allá, nos lleva a la nada, a no ser nada ni nadie; donde todo cabe: la contradicción, lo nuevo que no sabemos lo que es, el vacío que es la misma nada.

Por lo que el problema es, ponerse en ese más allá, al ‘ir más allá’.

Respecto a la muerte, creo que después de vivir noventa años, todas las enfermedades están ahí abiertas; y el que una nos mate eso qué importancia tiene. Uno puede morir de accidente, de un resfriado, una infección, etc., y en cualquier edad que uno tenga. O sea, que ni es importante de qué se muera alguien ni cuándo. Porque los hechos no se pueden juzgar; eso es vanidad, mundanalidad, el mal y el bien operando.