Torni Segarra

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4377. Eso quiere decir que, tenemos parte de la naturaleza animal y la humana. Y cuando veamos de lo que es capaz de hacer esa parte no humana, con todo el horror que genera. Tal vez, si es afortunado, verá que, aunque queramos erradicar esa animalidad, no lo podemos. 

Podemos detenernos momentáneamente, porque ese horror nos impacta tanto que nos debilita la energía. Pero cuando nos recuperamos, volvemos otra a vivir como siempre lo hemos hecho: con la parte animal y con la parte humana. Las dos enfrentadas también.  

La pregunta: ¿Podemos vivir en armonía entre la parte animal y la humana, sin que se genere división ni conflicto, ya que ese conflicto al salir a fuera, al externalizarse, va a generar el enfrentamiento, la guerra, el horror?  

 

4378. Ayer vi una película biográfica sobre Gengis Khan. Y en la batalla decisiva, los cielos se iluminaron llenos de rayos por una gran tormenta. Los mongoles entraron en pánico. Pero Gengis Kan no se escondió. Permaneció en el caballo.

Cuando le preguntó su hermano, que era el enemigo a batir, ‘¿es verdad que los mongoles tienen miedo a los rayos?’

G. Khan, le respondió que, ‘sí es verdad que los mongoles tienen miedo a los rayos’.

‘¿Y tú, porque no tenías de miedo?’ Preguntó su hermano rival vencido.

G. Khan, le respondió: ‘No tenía ningún lugar para esconderme, de modo que permanecí en el campo de batalla encima del caballo. Cuando todos se escondían la cara con el escudo protector para no ver los rayos en el cielo’.

Y al ver la valentía y la ausencia de miedo, todos se pasaron a su bando, dándoles vítores, alegres y obedientes a su nuevo jefe.

Y así es como empezó su imperio y conquistas desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. 

 

4379. "Qué hacemos con todo eso", quiere decir: si vemos en la acera una piel de plátano donde alguien se puede resbalar, ¿qué haremos?

Seguiremos con nuestros problemas, que son las neurosis que tenemos, que nos hacen indiferentes, insensibles al dolor, el sufrimiento de los demás.

Es decir, actuaremos como los animales, que no hacen nada más que comer, defender su puesto en la manada, y al que le toque, porque es el más fuerte, sexo. 

Por supuesto, que uno no está obligado a hacer nada. Es decir, puede vivir como un animal. Y esa manera de actuar, generará su orden también, que tal vez, vaya contra nosotros -que nos rompamos una pierna al resbalar, al pisar una piel de plátano, que está en la acera, por la que caminamos y no nos damos cuenta de ella-.

 

4380. Además de todo eso, sabiendo lo que provoca el miedo. Es adecuado para todos, no provocar miedo en los demás: no querer ganar siempre.  

 

4381. Intensidad libre de todo adjunto.

La pregunta es: ¿Podemos vivir sin estar vacíos, tratando de llenarlo aferrándonos a algo, que pronto pierde el efecto de llenado y hemos de ir a otra cosa para seguir llenándolo?

No podemos. Hemos de vivir con ese juego mental, del vacío y su llenado. Pero, si lo vemos, sin huir de esa dinámica mental, si lo vemos con atención profunda, total, ese problema, ese conflicto, cesa, desaparece.

El conflicto está en que no queremos vivir en la realidad, que es el vacío, la nada. Y por ello, hemos de inventar algo para no ver ni sentir ese vacío perturbador, que nos destruye el confort de sentirnos bien. 

 

4382. La libertad es el secreto de la felicidad. Pero, si decimos ‘aférrate a esa pequeña luz de esperanza que te guía para salir de la oscuridad’, ¿no lo estamos complicando todo? Pues la libertad y el aferrarse a algo, ¿puede ser? Si somos libres es de todo. Si nos aferramos a algo, ¿no quedamos presos de ese algo al que me agarro?

Para que haya libertad, he de estar más allá del tiempo, he de estar más allá del querer algo, que tal vez no puede ser.

Por lo que, al dividirnos de la realidad, generamos enfrentamiento, conflicto con esa realidad, que nos guste o no es la realidad.

Si vemos claramente ese juego falso de la mente, es cuando aparece la inteligencia. Donde los problemas no son vistos como tales, si no que tienen otra dimensión. Que es la de la unidad, la armonía con todo lo que existe.  

 

4383. El Aum, el Om, y sus repeticiones infinitas, ¿no se convierten en otro apego, otra dependencia, otra medicina que no puede curar la miseria humana, el ego, el ‘yo’ y sus consecuencias todas divisivas? 

 

4384. Eso que dices, sería posible si pudiéramos vivir sin el ‘yo’ siempre, que desapareciera para siempre. ¿Es eso posible? Creo que no lo es.

Por tanto, la vida es ir más allá del ‘yo’, siempre que esté operando -si no, no existiría-. O, lo que es lo mismo, vivir sin dividirnos de ese ‘yo’, para no generar un conflicto. Lo que implica morir, renunciar a nosotros mismos. Y ese es el reto, al que no queremos enfrentarnos, pasar por él.

Por lo que, la lucha interna, va a proseguir mientras vivamos. Porque, en la vida hay un mandato -de la naturaleza- que nos dice que hemos de sobrevivir cueste lo que cueste.

Y eso quiere decir imponernos, matar, a los que tampoco quieren morir, renunciar a la vida.