Torni Segarra

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1881. Todo eso es verdad. E incuestionable. Pero, eso mismo pueden decir los que comen carne, sacrifican animales. También lo pueden decir los corruptos, los ladrones multimillonarios. Todos ellos dicen: ‘Nosotros vivimos en el presente, en el ahora. Mi mente es pura, está tranquila porque estoy más allá del mal y del bien. Todos los que nos cuestionan, son unos amargados, celosos, llenos de envidia, de odio’.  

 

1882. Es por ahí por donde se empieza: vernos en realidad cómo somos, sin querernos hacernos como no somos. Vernos desnudos, que es ver la realidad, nos guste o no.

Aunque vayamos vestidos, usemos la química que hemos inventado, el alcohol, las drogas; aunque hayamos ideo a la luna, hayamos enviado a Marte aparatos para investigarlo. Nosotros básicamente, internamente, somos los mismos que cuando íbamos desnudos, hace un millón de años.

Cuando asumamos esa realidad, tal vez, nos veremos tan realmente que nos provoque el impulso y la energía del cambio. Pues, el cambio sucede en el mismo instante de ver lo que sucede. Donde el ver y la acción son lo mismo, suceden al mismo tiempo.

 

1883. Podemos decir lo que queramos, pero los hechos están ahí. Somos lo que somos: mujer y hombre, todo a la vez. Pero, la descripción no es lo importante, pues lo que importa es qué hacemos para responder a ese hecho de que estamos divididos, fragmentados entre mujer y hombre. 

Por eso, lo que somos, no importa, porque cada cual es como es. Lo que realmente importa, es cómo vivimos, cómo nos relacionamos, si generamos orden, compasión, amor. 

 

1884. Ese vestido, o algo parecido -pues ahora es más deslumbrante- era el vestido que usaban las mujeres para las fiestas. Al que llamaban. vestido de labradora -de labrar el campo-, que quiere decir agricultora, campesina.

Aunque, como siempre sucede, puede que en otro lugar no se le dé el mismo nombre de ‘Labradora’.

 

1885. Los recuerdos, las emociones, los sentimientos, son un obstáculo para ver la realidad, la verdad. Pues, nos hace subjetivos, una parte, un fragmento.

Una persona que no admite la libertad e independencia de las personas, ¿tiene sentido que diga que está a favor de la libertad de las mujeres? ¿Podemos amar sólo a una persona, o varias, pero excluyendo a otras que las consideramos nuestros enemigos a batir, eliminar?  

 

1886. Los criminales, no pueden pensar a la hora de hacer lo que hacen. Ellos puede que vean lo que están haciendo, pero no tienen el freno de la conciencia, de que eso que están haciendo es un grave daño a los demás. Por eso, son enfermos, con su patología mental.

Es como los militares, cuando entran en combate, matan, destruyen, pero no tienen la fuerza de la conciencia que les diga: ‘No lo hagas, que eso es horroroso, macabro, cruel’. Luego, se pueden lamentar, tener algún remordimiento. Pero, en el acto de matar no lo tienen. Si no, no lo harían. Pues, en el momento de ver claramente algo, genera una energía que nadie ni nada la puede detener.

Porque es tan fuerte, como cuando estamos quemándonos el cuerpo y podemos perecer, morir abrasado. Pues, aquí la reacción es automática, sin que nadie ni nada la puede detener.

 

1887. A veces la amargura se va, acusando a los otros a los que odiamos. Una persona socialista, que se junta con los más fascistas, que, de ser vicepresidente, a no votarle ni para un escaño.  Acusa, y aquí viene su terapia para dejar su amargura al menos momentáneamente-, a los demás de fracasados.

Eso es tan infantil, que sólo los niños, los tontos, o los fanáticos, integristas, fundamentalistas, que no se enteran que hacen el ridículo, se lo pueden tragar, dejar que les coman el coco.  

 

1888. Cada vez se parecen más a el Ku Klux Klan o los nazis. Son racistas, fascistas pobres, celosos amargados, que creen que ellos con su odio, estupidez e ignorancia, van a solucionar los problemas. 

Se visten de ovejas, pero son como fieras crueles, violentas. No quieren defender los derechos de igualdad, de libertad, de independencia, de mujeres y hombres; no quieren subir las pensiones; no quieren subir los impuestos a los ricos, a los multimillonarios. Son racistas, xenófobos.

Sólo lo quieren todo -dinero, prebendas, las ventajas del poder- para ellos, como siempre los fachas de derechas. 

 

1889. Está claro que toda vuestra preocupación, es egoísta, materialista. Y para conseguir eso que tanto os gusta, si habéis de condenar al hambre y la miseria a África, al tercer mundo, eso no os importa.

La economía, es inmoral. Porque, se basa en las ganancias. Y cuando uno gana, otro ha de perder. Por lo que, vivimos en un sistema macabro. Y por eso, extraña que unas personas cristianas, seguidoras de Jesús, cierren los ojos a lo que provocan -miseria, pobreza, hambre-, pensiones basura que no sirven ni para sobrevivir dignamente.

Y esa manera de vivir, es la que genera desorden, anarquía, que es lo que está sucediendo en todas partes.