Torni Segarra

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1875. Todo es cuestión, según del color del cristal como se mire. Ha sido un beneficio que, ha regado la raíz del humanismo, de la compasión, del amor. Y se ha alejado de los carcas, de los fachas, retrógrados. Que según parecer, tienen tanto odio a las personas, que serían capaces de instaurar la pena de muerte otra vez.

Mientras tanto, ellos siguen con sus corrupciones, sus privilegios carísimos, como es imponer una monarquía, un régimen viejo, antiquísimo. Que no admite renunciar a sus privilegios de clase, de casta, de sangre, económicos, en unas elecciones limpias, libres, para ver si se quiere o no.

Que es un lujo, un derroche, cuando están en peligro las pensiones de millones de jubilados, los servicios sociales, asistenciales, sanitarios, las escuelas, educacionales. Porque, el fondo se lo han gastado en recuperar económicamente empresas, bancos, que estaban en fallida, de sus amigos, de la misma casta que ellos. 

 

1876. Cuidado, que la esencia de toda liberación, ¿no es auténtica, verdadera? Una liberación, una revolución, aunque sea eterna, no se puede destruir, eliminar, por algunos actos inadecuados, corruptos. Pues, en todos los cestos de manzanas, hay alguna que está tocada.

Es decir, en todo lo que hagamos, por sagrado, adecuado, beneficioso, que nos parezca, va a molestar a unos, que como tienen algo que perder, se van a oponer encarnizadamente.  

 

1877. La censura, es la que es. Aunque creamos que, estamos dentro del margen de lo correcto. Puede actuar. Pues, la censura depende del criterio del juez, que recibe la denuncia y la acepta. Por lo que, no hay un método, una práctica segura.

Lo más seguro sería dejar de hablar, escribir, hacer cosas, que, al poder, el establishment, le molestan, irritan, le alteran tanto que son capaces de prohibirlo, eliminarlo. Porque, ellos ante la verdad, tienen mucho que perder.  

 

1878. El problema real es, ¿Cómo en un estado de derecho -como les gusta decir los que mandan-, se puede permitir que una persona que llega a un país, que solicita inscribirse para legalizar su situación, después de quince años aún no se la hayan concedido, dejándolo en la ilegalidad?

Eso no es absurdo: el que tiene que poner orden, resulta que lo que pone, genera, es desorden, caos, anarquía. Ya sabemos que los que mandan van a poder escusas, sobre todo económicas, de racismo, egoístas.

Pero, ¿qué hacen cuando tienen ante, lo que ellos llaman una urgencia nacional -una guerra, terrorismo, una crisis económica, etc.-, no sacan el dinero de debajo de las piedras para solucionar esa urgencia? 

Por tanto, ante el muy grave problema de miles de inmigrantes, que viven en la ilegalidad, venden para poder comer ilegalmente sus productos. Que viven, siempre huyendo de la policía por ser ilegales. Y les pueden hacer cualquier actuación humillante, sin poder defenderse adecuadamente, porque si se quejan va a ser peor.

Pues, en el fondo de la cuestión, está el problema del racismo. Que es una desigualdad, una discriminación cultural, social, económica, de raza, color de la piel, etc. Como pasaba y pasa, en EEUU, y otros sitios, la raíz, la base del racismo contra los negros, y otros, era para dominarlos, para que siguieran siendo esclavos.

Trabajar sólo para comer. Sin casa, ni ropa propia, sin ninguna intimidad, ni derecho. Donde el trato, era y es parecido al de un animal. Sin ninguna libertad. Una dictadura, implacable, inhumana, cruel. Sólo para tener beneficios económicos, seguir siendo ricos egoístas, derrochadores, caprichosos, viciosos. 

 

1879. Todo lo dicho está muy bien, tiene algo de verdad y no. Pero, ahora vamos a la realidad: cuando vivíamos en los árboles, si podíamos matar para comernos a otros que invadían nuestra zona, lo hacíamos. O, sea que no comíamos más carne porque no podíamos.

Cuando bajamos de los árboles y nos lanzamos a todos los desafíos, nos dimos cuenta de todo lo peligroso que era estar allí.  También sabíamos ya, que la carne era el alimento más energético, vigoroso, que hay. Y como habíamos de movemos más, también había más peligros. Por lo que, eso significaba más gasto de energía, por la defensa. De manera que, como teníamos mucha carne a mano -roedores, conejos, aves, mamíferos, etc.-, la comíamos.

El hacerse vegetariano, vegano, no tiene nada de natural, pues eso es sobrenatural. Porque, descartamos la ingesta de carne por compasión a los animales. La crueldad, la matanza, la sangre, todo el trabajo que lleva consigo la cacería, o la matanza.

Pues todo lo que existe en la tierra, está constituido para sobrevivir el mayor tiempo posible, reproducirse. Y para ello, el mejor alimento, energético, vigoroso, para poder vencer a los animales, es su carne, su sangre. Pues, la vida es una guerra continua de todos contra todos.