Torni Segarra

Seleccionar página

5609. ¿Nos damos cuenta que muchas cosas de lo que se supone que pasó, o debería pasar, no podemos aclararlo? Porque, el pasado no puede manifestarnos lo que sucedió, en su totalidad, en un momento dado.   

Por cierto, la marca triunfadora es el mestizaje, la mezcla de todos los seres humanos. La sangre gana; y como consecuencia la parte física, corporal.  

 

5610. Por tanto, de la misma manera, la contradicción, puede ser válida. Porque, la idea sobre la contradicción no es en sí contradicción.

Porque, cuando juzgamos, el hecho en sí de juzgar ya no es válido, porque se juzga el pasado que está muerto. Y no puede contar la realidad, que se ha escurrido, diseminado, convertido en una energía purificada. 

 

5611. La felicidad no puede ser perseguida

La felicidad sólo llega cuando miramos a otra parte. Cuando el ‘yo’ por un momento, ya no opera. Pues todo deseo, genera una acción, que va detrás de eso que queremos. Pero, eso que queremos, por las razones que sea, no lo podemos conseguir. Y como consecuencia, conseguimos frustración, tristeza, ira, odio.

O sea, que el deseo, de lo bueno, de lo regular, de lo malo, es el que obstruye el que florezca la felicidad. Que lo engloba todo, lo que queremos y lo que no.

 

5612. ¿Cuándo hay comprensión de la realidad, de lo que está sucediendo, sirve de algo la paciencia? La paciencia, es adecuada para los que tienen ansiedad, estrés, están rabiosos por conquistar los deseos.

De manera que, si comprendemos el deseo, y lo que genera, la paciencia no tiene trabajo que hacer.

 

5613. Luego eso demuestra que, con el pasado arrastras. La división y su conflicto, no va a dejar de operar. Es decir, prosigue el ‘yo’ en acción. 

 

5614. ‘En lo psicológico, nada es irrefrenable’. Cuando uno dice la palabra ‘nada’, para referirse que ‘nada es irrefrenable’, ¿nos damos cuenta que ya estamos en desorden, divididos?

Pues la realidad, la totalidad de la vida, es y no es irrefrenable.

 

5615. Veo que no lo entienden. La mente, solamente puede ser sin la participación del ‘yo’ eventualmente, cuando hemos comprendido que ese ‘yo’ es un estorbo, un obstáculo.

Pero, eso no es definitivo. Porque, el ‘yo’ de la misma manera que cesa y desaparece, vuelve caprichosamente otra vez. De manera que no puede haber, ni iluminación, ni samadhi, ni nirvana.

Porque, mientras estemos vivimos, hemos de hacer lo que hacen todos: comer, competir, enfrentarse al miedo, a los retos de la relación, del sexo, a los deseos.

O sea que, todo eso de que la mente ya está vacía, en la nada para siempre, es una ilusión. Hemos de vivir en ese juego mental, de serenidad, de paz, y de confusión y desorden, sin convertirnos neuróticos, amargados.

Ya que, la vida es destrucción, amor y construcción. 

 

5616. El inicio de la esclavitud fue el deseo de más ganancia, de más riqueza. Y por eso, los racistas se oponen, como si estuvieran locos, a la libertad, abolir el racismo. Aunque se haya abolido la esclavitud, ésta siempre estará dentro de nosotros. 

 

5617. En realidad, a cada persona le sucede algo extraordinario en la vida: estar vivo. Y eso es lo que es verdaderamente importante, perturbador, extraordinario. Lo otro, lo que hacemos o no hacemos, si viajamos mucho, si tenemos poderes psíquicos, si tenemos el don de la palabra, de escritura, de hacer esto o aquello. Eso no es lo importante.

Pues, todos de una manera o de otra, participamos de esos ‘poderes’. 

 

5618. El amor puede ser muy complicado o muy sencillo. Pero, el amor ha de estar dentro de uno: la unidad total, donde el ‘yo’ no puede operar. 

 

5619. Pero no hay que hacer de esos valores, un método, una disciplina, un negocio personal. Porque, todo es nos corrompe, genera desorden, anarquía.