Torni Segarra

Seleccionar página

1478. Todos podemos tener el estilo, de decir lo que sentimos en el momento. Pero, como cada cual tiene su estilo propio, si no nos respetamos, todo acabará en conflictos, violencia, guerra. 

Ahora bien, tú puedes decir que, a esos bravucones indiferentes, insensibles, esa brutalidad y violencia, les funciona. O no. Porque, a ellos con la misma vara que midan, así los medirán. Es decir, si siembran crueldad, si hacen actos semidementes, van a ir a por ellos. No sería el primer bravucón, que lo han cogido, cuando se han aflojado los que los defienden y lo han linchado, destrozado.

 

1479. ‘La gente espera que, al ocuparse de algo, salgan de su aburrimiento. Sí. Yendo a la iglesia, etc. Cualquier escape es una ocupación’.

O, hablando, dialogando, diciendo que hacemos el bien, que nos llaman. Yendo de un lado a otro, aunque sea de miles de kilómetros.

Podemos decir, que ese es nuestro destino. Pero, ¿es todo eso un escape?  

 

1480. Todas las palabras después de una frustración, un fracaso de pareja, todo son reproches, amargura disimulada, ganas de hacer daño. Lo que quiere decir, que eso no ha acabado. O, ha acabado la relación física, pero no la psicológica. O ninguna de las dos.

Y por eso, con un pequeño encuentro, todo vuelve a empezar. Aunque le siga otra vez, el fracaso y su amargura. O ahora sí, la liberación. Y con ella, la felicidad de lo nuevo. 

 

1481. ‘No me fío de nadie, ni tengo amigos, ¿para qué?’

No es para qué. Sino que es, per se. Porque, las personas según el reto que nos llegue, podemos ser incontrolables, incluso para nosotros mismos. 

 

1482. ‘¿Es posible clonar a un humano después de lograrlo con primates?’

Por supuesto, sí que podemos clonar a las personas. El problema, puede estar en saber gestionar esa arma, que es el poder hacer igual a varias personas. En el ámbito social, de las relaciones.

 

1483. La tortura, es cosa de salvajes, enloquecidos. Total, por una idea: la del nacionalismo centralista español.

 

1484. Siempre he visto en ti, a un facha. No sé para qué quieres serlo. Pues, tú procedes de una familia humilde -pobre-. Y ya sabremos que para que haya ricos, ha de haber pobres. Ya no te acuerdas cuando eras niño, cuando veías a los niños ricos, cómo te despreciaban con su altivez, con el complejo de superioridad.

Hoy has vuelto a demostrar que sigues siendo, carca, facha. ¿Tú no observas, qué donde hay bilingüismo, la lengua más débil es la menos importante? Y, tú dirás: ¿Y qué? Pues, como tu has promovido que la lengua menos importante no tenga rango para que se hable en la administración, en los hospitales, las escuelas, en los juzgados, etc. Es decir, que tenga el mismo rango que la lengua más poderosa.  

¿Por qué esa igualdad? Pues, porque las personas mayores -y también, jóvenes, niños, etc.-, que son bilingües, se sienten más a gusto hablando con la lengua materna, que es la más débil, la menos importante. Ya que, cuando van a una oficina, a algún organismo, institución, con su burocracia y su complicación, es mejor poder recibir la información en su lengua materna; y también expresarse en ella.

¿Tú, no te has dado cuenta de eso que sucede en los sitios bilingües? ¿Por qué eres tan cruel, tan facha, tan carca, para no facilitar la comunicación, el entendimiento, entre las personas que nos atienden en las oficinas, hospitales, organismos?

¿Por qué, has hecho esa proposición para que cambien la ley? Y así ahogar la lengua minoritaria. Generando toda clase de incomodidades -sobre todo en las personas mayores-. ¿No ves ahí la crueldad, el desprecio por las personas y su manera de expresarse, de vivir? Yo sí que lo he visto, lo veo, cuando las personas se encuentran incómodas, porque la jerga en una lengua que no es suya, no es la materna, tienen dificultad de comprensión, de entendimiento.

¿Tú no conoces el amor, la compasión por las personas, las más vulnerables? El problema es muy largo. Y como siempre, son las personas humildes, sencillas como tú, los que pierden, son los más afectados. Pues, hace sesenta años muchos no podían ir a la escuela mucho tiempo, para enseñarse a leer y a escribir, pues a partir de los diez años ya empezaban a trabajar. Y como eran pobres, no leían ni diarios ni libros. Pues el dinero era para comer, para la ropa.

Por lo que, solo sabían leer y escribir los ricos, los poderosos. Que tenían todo el tiempo necesario, para ir a la escuela. Y luego, cuando ya no iban, podían leer libros, periódicos, todos escritos en la lengua oficial, la más poderosa. Ya que tenían el dinero suficiente para poder comprar libros, el periódico diario, revistas, etc.

No es tan complicado como tu lo presentas.  Pues, hay algunos países que son plurilingües: Suiza, donde son oficiales el italiano, el alemán, el francés. El Canadá, donde son bilingües: el francés y el inglés.