Torni Segarra

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Es verdad, es un video didáctico en todos los términos, incluido el cinematográfico. Y encima con esa viveza anglosajona, con las imágenes tan bien tomadas, montadas, los exteriores, lugares que son comprometidos porque con como territorio enemigo. Pues, es implacable con la estupidez de los fanáticos que se alimentan por la fe. Sólo con la ayuda de su educación, inteligencia, y que era profesor de la universidad de Oxford.
 
He recibido vía email, un enlace de tu video, ‘¿La raíz de todo mal?: El virus de la fe (Richard Dawkins, subtitulado al español)’.
Gracias, por el trabajo tan completo.
Hay muchos pequeños problemas que unos son como las hojas y otros como las ramas de un árbol, pero la raíz es la misma para todos: la división.
La división, ¿cómo aparece, cómo se genera? Si yo te veo a ti, primero todo lo que veo es tu cuerpo, tu cara, los ojos, las manos, el color del pelo y la piel, tu estatura, la ropa que llevas, etc., todo eso es un reto al que tengo que responder. Y la respuesta estará mediatizada por mi condicionamiento. Que es todo mi pasado -la educación familiar, la raza, el lugar donde he nacido- que conforman mis gustos. Así que mi primera impresión va a ser rápida, a nivel animal.
Bien, si luego hablamos tú me darás una información sobre si eres de izquierda o de derechas, de creyente o no, de moderno o carca retrógrado, si eres nacionalista o no, si eres partidario de la guerra o no, etc. Y todo eso, aún nos va a dividir más todavía.
La pregunta es: ¿Cuándo vemos a un musulmán con su túnica, a un judío con sus rizos y sus trajes negros, cuando vemos a alguien con vaqueros o con traje y corbata, podemos no reaccionar a todo eso? No reaccionar a eso quiere decir, no ser desbordado por todo eso que nos divide del que vemos, del que tenemos delante hablando con nosotros, ya sea joven o viejo, de pelos cortos o largos.
Eso sólo puede ser cuando somos capaces de vaciar la mente y operamos desde ese vacío que es la nada. ¿Cómo vaciaremos a esta mente condicionada por un millón de años, por todas las lágrimas, las desgracias, las alegrías y los consuelos, por esa desesperación de que el dolor, la soledad, la depresión no nos atrape? Uno tiene que ver, mirar dentro de sí, y a fuera también, tiene que querer, con esa pasión que quema por el dolor de la humanidad, salir de ese dolor amargo y perturbador. Si es así, de ello surge una atención nueva, profunda, que nos es concentración, de manera que la mente esté tan serena que no es conmovida ni arrastrada por el reto, por lo que observamos.
Para eso, necesitamos toda la energía. Toda la energía quiere decir la totalidad de la energía que somos capaces de soportar -tanto el cuerpo, como la mente-. ¿Cómo llegará esa energía, Richard? Que sin ella seguiremos siendo como animales rabiosos -ya sabes de que hablo-: insensibilidad, indolencia, crueldad, etc.
Sólo cuando esa división ha cesado, es cuando el ‘yo’ no puede operar. Y si el ‘yo’ no puede actuar, entonces la raza, el vestir, el ser cristiano, budista, fascista o ateo, mujer u hombre, eso no tiene ningún valor ni importancia. Pues, sólo hay relación de alguien que no evalúa, contrasta ni compara, sólo mira, observa lo nuevo, lo nunca visto. Y desde ahí es de donde llega el amor.
 
"Yo soy uno enviado para ayudar a abrir los ojos y despertar antes de que…".
Antes de eso, yo tengo que haberme realizado en uno. Y si uno se ha realizado en uno, entonces las cosas del mundo como conseguir o no conseguir, el esfuerzo o la falta de él, todo eso queda aniquilado. Porque el uno no tiene dualidad, el bien y el mal, lo bueno y lo malo, la víctima y el verdugo, el violador y lo violado.
Si eso se ha comprendido como propio, lo que queda es la gratitud por todo lo que sucede o va a suceder.
 
"Los que saben no hablan. Los que hablan no saben. Dice el maestro".
Pero la explicación del maestro sí que contenía las palabras para explicar y hacer entender. Lo que quiere decir que en el ámbito psicológico, tanto decir que una cosa es así, como no lo es, es inadecuado. Lo adecuado es: Sí, pero no. No, pero sí.
 
"Hay un sentimiento de dolor, pero no uno que se siente el dolor. Siempre hay una vuelta atrás a la pregunta: ¿Quién o qué soy yo?".
¿Pero, Harry, tú lo has probado? ¿Has tenido una terrible y dolorosa enfermedad donde para calmar el dolor se necesitan opiáceos? ¿O es que hablamos repitiendo lo que dice el gurú, el maestro, el que dice que sabe?
No me estoy refiriendo a esos que son una especie de magos y farsantes, que soportan un pequeño dolor. Si no al dolor de la muerte que está ahí a tu lado y te destruye el cuerpo y tu vida. Y no hay nada que hacer, solamente pasar por eso.
 
Gracias, Ricardo. Está claro que el actual modo de vida de los cristianos, católicos, etc., está degenerado con el alcohol, las drogas, su manera de vivir despilfarradora y destructiva. Y aunque los musulmanes llevan el mismo camino -como no puede ser de otra manera, ya que también son seres humanos sometidos a todo lo bueno y lo malo-, no están tan degenerados como los cristianos occidentales. Por lo que es preciso que se beneficien de esa ventaja temporal.
 
Si pudiéramos alterar favorablemente los incidentes de la vida, en ese mismo momento toda tendencia inapropiada, el vicio, desaparecería de nosotros.
Pero no haría falta un proceso de cambio. Pues es como si uno quiere ir hacia el este, pero se dirige al oeste. Y entonces, alguien le dice la dirección que llevas es equivocada, para ir al este es en esa dirección. Y en ese mismo momento que cambia de dirección, todos los desplazamientos son en esa buena dirección, que es el orden. Es decir el orden, está desde el principio, no hay un llegar a tener orden. Pues, el orden es o no es. El orden es ahora, siempre es ahora.
 
Luchar contra algo, atrae más ese algo. Solamente la comprensión del deseo de que algo sea o que nos sea, es lo que nos da la inteligencia para ver la realidad, lo que es, la verdad.
 
Creer que uno ya no tiene ira ni ansiedad ni depresión, ni el miedo a la vejez y la muerte, etc., es otra ilusión. Uno tiene que vivir con todo eso. Sólo podemos ir más allá de todo eso. Porque el cuerpo y la vida, no lo podemos rechazar. Y tanto el cuerpo, y lo que nos genera, la vida,  tienen sus maneras, su dinámica implacable, que es el orden.
Lo que me gustaría que fuera es el desorden, ya que nos divide de la realidad que no nos gusta y por eso inventamos otra. Y de ahí que llegue el miedo y el dolor a todo lo que es la vida, que incluye a la muerte. Y antes de eso, al dividirnos de la realidad, de lo que es, es cuando seguimos dentro del proceso que queremos salir: el sufrimiento y el dolor. Pues, la división, es la raíz y el origen de todo desastre, de todo mal.