Torni Segarra

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1.        El que un hombre y una mujer quieran lo mismo a la hora de elegir su manera de vivir, eso demuestra que tanto la mujer como el hombre, tienen los mismos intereses: ser felices, sin miedo y sin dolor. Cosa que algunas personas vulgares y superficiales se obstinan en negar, sembrando la división, la confusión y el desorden, los conflictos y la violencia. Como se puede observar con las matanzas de mujeres que no paran.
 
2.       En este grupo donde hay tantas sudamericanas, es alarmante como hablan. Sin darse cuenta -que por respeto a los demás-, deberían abstenerse de las palabras que son localismos, algunas de ellos soeces y de falta de buen gusto y educación.
 
3.       Yuridia. Tan moderna que eres y todavía crees en dios. Sabes que unos psiquiatras ha dicho públicamente, que creer en dios genera alteraciones mentales. Ya que dios es un invento que hemos creado. Y como es un invento que no existe, lo que sucede es que hablamos, oramos, pedimos a la nada, al vacío. Por lo que generamos la dualidad. Y lo que queda es como si tuviéramos a una persona imaginaria, o que está muerta, a la que le decimos que nos ayude, le decimos que nos alivie del problema del frío o el calor, le decimos que estamos agotados, tristes, apurados, etc.
 
4.       El amor, la palabra amor, reúne a todo lo que él genera: plenitud, humildad, simplicidad, respeto, madurez, autenticad, saber vivir. Porque el amor, es la inteligencia, el orden, operando.
 
5.       Dios es experto en cambiar lágrimas por sonrisas. Pero esas lágrimas, él ya nos las había enviado. Por eso, eso que llamamos dios, nos envía tanto sonrisas como lágrimas.
 
6.       Un guerrero, alguien que resuelve los conflictos con violencia, si no tiene conflicto alguno, está pleno, entero, total, tiene eso que nos genera el amor. El problema le llega, cuando deja de ser guerrero y ha de intentar vivir en paz.
 
7.       Al margen de lo correcto o no de la detención de una persona. Habría que ver, ¿cómo se puede reducir a un hombre de un centenar de kilos, físico atlético y que se resiste? A ver si para fastidiar a los que no queremos, hacemos el ridículo.
 
8.       El problema está en que con esa pasión, que es amor, se puede hacer cualquier cosa. Por eso el amor es lo más peligroso. En la acción no hay problemas ni conflicto. Por lo que la víctima y el verdugo son lo mismo. Luego, cuando llega otra vez el vivir sin esa pasión arrolladora, vuelven las víctimas y los verdugos, con todos los problemas y complicaciones.
 
9.       Tratar de ser o no ser un guerrero, ya es un deseo. Pues para no ser un guerrero no hay que tener nada en la mente, ha de estar vacía. Y de ese vacío puede llegar la guerra.
 
10.   Robert, todo lo que dices es cierto, está muy claro. Pero eso es como el que se droga, que está muy bien, ¿Pero y cuándo le pasa el colocón y no tiene droga?
Al guerrero le pasa lo mismo, mientras guerrea también está colocado, en trance, pero cuando para y se enfrenta a los que no quieren hacer la guerra con él. No sabe vivir, tiene mono, síndrome de abstinencia.
 
11.   Pero el problema no es morir. Porque, ¿y si no te puedes morir? Puede que sea una larga agonía, dependiendo de otro, estando disminuido físicamente.
 
12.   Por supuesto, uno tiene que vivir con su dolor, si huir de él, hundirse con él hasta el fondo. Pero el problema es que no podemos estar siempre a ese nivel de conciencia.
 
13.   ¿Puede haber amor sin libertad? ¿Si hay dependencia, identificación, exclusión de los demás, puede haber amor? ¿O el amor es  libertad total, absoluta con respecto a todo, y a todos?
 
14  Pero si dependemos de los abrazos, entonces estamos atrapados por esa práctica y por los que nos los dan, ¿no? Y entonces seguimos estando atrapados por un método o sistema, para conseguir el placer de sentirnos amados,  queridos.
 
 
15.   El hacer o no hacer algo por lo demás, es algo que puede generar buenos  resultados o no. Pues, si el hacer algo está motivado por la vanidad, por un deseo o ganancia, de conquista, entonces ese hacer algo es negativo. Y para que no sea negativo, hay que descartar todo eso que es fruto del ego, del ‘yo’.
 
16.   Estamos parejos. Eso es igual para el hombre, como para la mujer. Es un mito el que el hombre actual necesite más sexo que la mujer. Biológicamente tendría que ser así, pues la mujer cuando ya está embarazada no necesita más sexo -según el plan original, los animales así lo hacen-. Y el hombre, como un macho, siempre que haya una hembra en celo tiene que intentar cubrirla. En la actualidad, todo eso ha sido desbordado. Y cada uno hace sexo, como siempre, cuando quiere y puede.
 
17.   Si nos dejan por otra persona, nada más podemos que comprender que las personas cambiamos, ya sea por las circunstancias y eventos que nos llegan en la vida, o por hastío, la repetición y la rutina, que hace que la relación sea como un árbol que se está secando y no tiene vigor ni energía para dar lo que se espera de él: frutos, belleza y la vida en todo su esplendor,