Torni Segarra

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1.       Si alguien es inteligente –no astuto ni hábil en su acción para con seguir algo-, tendrá su gracia y encanto, la belleza, lo bonito de la vida.
 
2.       Puede una mente, cualquier mente, no ser afectada por las otras, por la mente global? Si todo está unido con todo, todo nos afecta y participamos de todo. La diferencia está en el darse cuenta de lo negativo de esa mente global e ir más allá de ello.
 
 
3.       El cambio de uno no quiere decir que el otro vaya también a cambiar. Por lo que el problema siempre es de uno. Y lo que hagan los otros, eso no nos debe de importar.  Aunque hay que ser consciente de que todo cambio va a alterar todo lo que hay, y va a generar algo nuevo, no previsto.
 
 
4.       No hay nadie que no tenga una queja de cómo es, se comporta, de cómo es su destino, su manera de vivir. Uno cuando compara siempre es en relación con algo o alguien, sino no habría contraste ni comparación. Cuando uno se acepta completamente, porque se da cuenta que es como es, como lo son todos –imperfectos, con deseos de más y más, de algo diferente, imposible-, es cuando cesa el conflicto entre lo que quiero y lo que soy, la realidad.
 
 
5.       Hola Juan. Acabo de entrar en la página de tu partido y no encuentro la parte donde estaban nuestros comentarios, ¿es qué los han retirado, quitado? Me refiero al último escrito y los comentarios que te hice ayer. Pues los copio y pego directamente en el muro de la página de Facebook de tu partido, ya que no recibo los tuyos vía email.
 
 
6.       Jiddu Krishnamurti, cuando se murió su hermano, recibió la noticia por cable, cuando iba en un barco de viaje. Dicen sus biógrafos, que estuvo toda la noche llorando por esa muerte de su hermano. ¿Puede alguien que no tiene ‘yo’ llorar desconsoladamente por la muerte de un hijo, la esposa, un hermano o amigo?
 
 
7.       Creo que exageras. Las mujeres y los hombres pasan por lo mismo. Y por eso necesitan lo mismo: dejar de sentir la angustia, la soledad, el miedo, que nos causan dolor. Esa algarabía de gallinero que se han montado con el mito de que si las mujeres necesitan más atención, que son esto o aquello, es el cuento de los tontos, que funciona para los que van calientes de bragueta. Y eso mismo, como no puede ser de otra manera, se puede decir de los hombres y su mitomanía que también se han creado. Somos seres humanos y todos pasamos por lo mismo, sentimos y padecemos lo mismo.
 
 
8.       Los políticos, los que mandan, están equivocados en cuanto a la vara, y sus golpes crueles y violentos, para solucionar los problemas. Pues si así fuera, que la crueldad y la violencia lo arregla, ya haría tiempo que estaría solucionado. Pero no es así, ya que desde hace un millón de años que la crueldad, la brutalidad y la violencia funciona. Y aún somos como somos: brutales y crueles, violentos y sanguinarios.
 
9.       Mi ‘yo’ puede decir que no tengo ‘yo’. ¿Y cómo podemos saber si alguien tiene ‘yo’ o no? Por eso, todo es cuestión de creer, de fe. Igual como los que creen en un dogma, en un los milagros de un santo, en que Jesús no sintió dolor en su martirio y pasión.
 
 
10.   ¿Qué diferencia hay entre la derecha y la izquierda? Ambas son el establishment. Y el establishment defiende sus cosas sagradas para ellos, la patria, la raza, su nacionalismo, sus costumbres y maneras. Y todos los organismos que sostienen este establishment -sus leyes y los estamentos que las administran y las hacen funcionar-.
 
11.   Al margen de lo correcto o no de la detención de una persona. ¿Habría que ver cómo se puede reducir a un hombre de un centenar de kilos, físico atlético y que se resiste? A ver si para fastidiar a los que no queremos, hacemos el ridículo.
 
 
12.   Para que haya comunicación entre dos o más personas, han de mirar en la misma dirección.
 
 
13.   Eso es Vicky. Lo que sabemos no se puede transmitir con palabras. Tiene que haber una comunión, una unión total entre el que habla y el que escucha. Y eso es evidente en todos los ámbitos de la vida: sexo, trabajo, juegos, relación con los vecinos, entre nosotros mismos.
 
 
14.   El problema está cuando la otra persona no presta atención, está distraída.
 
 
15.   Si amamos, ¿qué importa cómo lo hagamos? Es como el hablar, cada cual lo hace de una manera, más rápido o pausado, con una manera en su timbre de voz que es personal.
 
 
16.   ¿Por qué todo lo hacemos como si fuera una competición, un partido de fútbol? ¿En eso puede haber amor? ¿O el amor está libre de artimañas, de estrategias, trampas, para poseerlo? Si hay una intencionalidad, sea la que sea, el amor no llegará. Podremos decir que ya tenemos amor, pero eso será sexo, victoria, derrota.
 
 
17.   Nadie sabe cómo responderemos hasta que no tengamos el reto ahí encima de nosotros. Cada cual tiene sus prioridades y necesidades. Por lo que imponer las nuestras a los demás, es actuar de manera para que el amor no pueda llegar.
 
18.    ¿Por qué creemos en esos cuentos de viejos, donde la división siempre está ahí para perpetuar el dominio de unos contra otros? ¿Tan difícil es de ver y comprender que todos somos iguales, aunque se empeñen en dividirnos y enfrentarnos?