Torni Segarra

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1. Daniel, no nos olvidemos que el observador es lo observado. Y por eso, tú repites y publicas lo que dijo Jiddu Krishnamurti.
 
2. Si decimos y describimos que algo es favorable o no, eso es fruto del pensamiento. Cuando ha cesado la división, también cesa el pensamiento psicológico, que evalúa y contrasta. Entonces, es el fin del pensamiento y el fin de los problemas.
 
3. Cuando el hombre se hizo consciente del mundo que lo rodeaba y de él mismo, apareció el miedo psicológico -yo soy esto pero puedo no serlo, estoy vivo pero puedo morir como el que acaba de morir ante mí-. Entonces ese miedo, como todo problema necesitaba una solución, y como pasa ahora, llegó una solución generada por el pensamiento. Pero, el pensamiento no puede dar una solución a algo psicológico. Porque el pensamiento es estático, temporal, siempre del pasado, y los problemas son dinámicos, del presente, del ahora. Y por eso, el pensamiento inventó a dios, que era lo desconocido, lo que era invencible, el que enviaba las tormentas, los rayos, las desgracias, la muerte. Y, como la lógica del pensamiento dice: si no puedes vencer a tu enemigo hazte tu amigo.
Nadie inventó a dios, si no que el pensamiento –la mente global de toda la humanidad de entonces- como autodefensa de esa realidad, de esa fuerza de la naturaleza tan poderosamente invencible, se vio obligado a generar a eso que se conoce como dios. Igual que ante el abrasador sol, inventaron las sombrillas hechas de cañas y hierbas para protegerse del sol, o las lanzas, las flechas. Todos los inventos son de toda la humanidad, de la mente global, universal.
 
4. El uno, que es el ‘yo’, es una ilusión, que cuando se le comprende todo llega a su fin. Entonces, el tiempo, el devenir, no puede operar. Quedando solamente la percepción de la conciencia libre y atemporal.
 
5. La superstición, la religión organizada y la ignorancia, van juntas Es su única manera de triunfar. Y ante esta fuerza y energía, son pocos los que no son afectados ni atrapados.
 
6. “El amor que se ‘va y viene’, no es amor verdadero”.
¿El mismo deseo de querer tener siempre amor, el querer retener el amor, no es un impedimento para que el amor sea? Pongamos, que yo quiero tenerte amor siempre a ti, quiero estar siempre contigo. Pero, tú no quieres. ¿Qué sucede aquí? ¿Puede el amor ser planificado, puede ser el resultado de una estrategia? ¿O el amor está más allá de toda idea, concepto, de todo lo que podamos o no podamos decir?
 
7. Por tanto, si decimos que sí, como si decimos que no es amor verdadero, el que va y vine, no es adecuado. Y eso sí que definitivamente no es amor. Por tanto, el amor llega cuando descartamos lo que no es amor.
 
8. Por eso, que la felicidad fluye de dentro, eso es cosa de cada uno. Pues, uno puede llevar una vida que es feliz. Pero otra persona juzga y opina, que esa vida que lleva ese otro, que dice que es feliz, no es felicidad. Por tanto, la felicidad no tiene descripción ni reglas, ni normas, ni estados para trasladarlos y acoplarlos a los otros. La felicidad es.
 
9. Alan Watts, tenía una mente muy preclara. Era muy original, consumió ácidos -LSD-. Y podía hablar desde diferentes ángulos sombre budismo, el zen, la meditación, sobre la cultura china, todo lo relacionado con la filosofía oriental No me atrajo mucho, porque yo era en aquella época más radical que como él vivía. Pero, leerlo era agradable y tenía algo de colega, porque los dos mirábamos en la misma dirección.
 
10. ‘¿Qué determina la percepción de la realidad?’.
Está la percepción animal, que es la que sólo percibe los peligros, la que percibe lo necesario para poder sobrevivir. Nosotros, tenemos esa percepción animal, pero tenemos otra percepción que va más allá de esa percepción que sólo opera en una única dirección.
¿Cómo llega esa percepción, que es exclusiva del ser humanos? La percepción apareció al darnos cuenta, después de millones de años de repetir lo mismo, de que eso que hacíamos era diferente a otra cosa que también hacíamos, al igual que nos dimos cuenta de que tú eras diferente a otro, o a mí, en el sentido de un cuerpo y una manera peculiar de ser.
Por tanto la percepción, es. No hay que hacer nada para activarla. Dicho esto, ahora vamos a ver cómo llega la percepción, que va más allá de la superficialidad, del condicionamiento. Ese condicionamiento, que nos divide, nos enfrenta, que nos hace indolentes, que nos provoca contienda. ¿Cómo llegará esa energía, que hará que llegue lo necesario para que se genere la sensibilidad y la percepción, que sea capaz de resolver todos nuestros problemas?
Uno ha de ser capaz de llorar cuando ve un árbol, que le han escrito unas letras en su corteza en el tronco con un cuchillo;  uno ha de sentir una conmoción ante la brutalidad y la crueldad como se tratan a las personas; uno tiene que tener compasión por todos los seres humanos, al ver lo poca cosa que somos, lo poco que sabemos, lo indefensos que estamos ante las autoridades y los poderosos. Y de ese ver, surge la pasión –que no es fanatismo-, la sensibilidad y la inteligencia, que opera y que es el amor. Por lo que todo está unido: la percepción, la sensibilidad, la pasión, el amor, la inteligencia.
 
11. La acumulación y la no acumulación, no es cuestión de cantidad. Si no que, es cuestión de estar libre de lo que pasó ayer, o hace unos segundos. Lo que determina lo negativo de la acumulación, es que uno está condicionado y poseído por eso que tiene. Y por tanto, no es libre en absoluto.
 
12. El amor es lo total, la totalidad de todo lo que existe, lo que lo abarca todo. Y ahí está su peligro. Porque uno puede sentir amor haciendo lo que a otros no les gusta. Y es desde ahí donde surgen los problemas, al dividirnos de eso que no nos gusta. Por eso, las personas que tienen amor parecen que tienen comportamientos igual que los locos.
 
13. Uno puede observar la rudeza y la crueldad de ciertas personas con las que entran en contacto con ellas. Suelen ser despiertos y astutos, informados, que allá donde van quieren dominarlo todo. Por eso, su ansia en actuar, en hacer, en exhibirse es tan evidente. Lo malo es que esos pequeños gurús, también tienen sus seguidores, que los adoran y al mismo tiempo los tienen miedo. Pues, son dependientes, adictos al ambiente por donde suelen ir.
Cierta vez, un gurú afamado hindú, entró por un pasadizo de en medio de un auditorio acompañado de los más devotos seguidores. Y un devoto de los vulgares que había entre el público, se acercó al gurú para tocarlo o postrarse ante él. Pero, sus fervientes devotos lo cogieron y le dieron una paliza delante de toda la multitud de la sala. El gurú, siguió como si no pasará nada. Y, tal vez, no se enteró de nada. Porque, no se giró ni se detuvo para nada.