Torni Segarra

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1. Cuando algo nos sale mal, es porque hay algo que ha hecho que eso salga mal. Hay que mirarlo detenidamente estando con ello, si no desaparece. De esa manera las soluciones van a llegar de una manera o de otra. Nosotros lo queremos todo rápido, queremos deshacernos de las dificultades, de todo lo que nos quita la aparente seguridad.
Pero la seguridad no es posible en la vida, ya que todo está cambiando, transformándose. De manera, que no podemos resistirnos, sino movernos con ello. Las soluciones a los problemas han de venir, sean que nos guste o no su resultado.                         
 
2. Creerse que alguien es un fuera de serie, ¿es eso cierto, es verdad, o es una ilusión, algo que nos gustaría que fuera? ¿No estamos todos relacionados como los escalones de una larga escalera, como las miles de hojas y ramas de un árbol, como los millones de células? ¿Y en lo psicológico, en la sociedad no dependemos también unos de otros? Para poder operar el ordenador, ¿cuántos millones han participado y participan, para que ello sea posible?
Un artista, un escritor, un campeón en algún deporte o actividad, un sabio, uno que hace algo que nos parece extraordinario, ¿puede serlo por él mismos solamente? Eso no es posible, pues necesita de los demás para subsistir, si no se colapsaría, se destruiría y moriría.
El problema es que le damos importancia al fragmento, no a la totalidad, a la unidad. Y es por eso, que vivimos divididos, enfrentados, comparándonos, inventando escalafones, categorías, clases y castas. Por lo que todo es una confusión y desorden, ausencia de impartía, celos y envidias, conflicto y violencia.
 
3. No le demos la responsabilidad a dios de cuidar de los demás –hijos, amigos, padres, parientes, parejas-, pues somos nosotros los únicos que les podemos hacer. ¿Por qué cuándo tenemos un problema queremos que los dioses los solucionen, si no lo van a hacer? Tú eres ese pretendido dios que has inventado –que por cierto, es imposible- y por eso nosotros no lo podemos ser tampoco.
Hemos de atenernos a la realidad, nosotros somos criaturas vulnerables, débiles ante eso que queremos que sean nuestras vidas: hacer lo que nos da la gana, ser egoístas, llenos de vanidad. Y de esa manera las peticiones y ruegos de ayuda, no pueden llegar. Así que primero hay que poner orden en nuestra casa. Y ese orden va a generar más orden. Y ese orden es la inteligencia y el amor operando.
 
4. La belleza no está afuera, ella nace internamente. Y se manifiesta en todo lo que hacemos, ya sea en el hablar, caminar, cocinar, trabajar, en la ropa e imagen que tenemos, en lo que comemos. Todo lo que hacemos va a plasmar nuestra belleza. Ahora bien, ¿qué es la belleza, es eso que decimos que es, eso que nos halaga al verlo y por tanto nos da una sensación de seguridad? La belleza es tener un corazón limpio y puro. Es decir la belleza es la ausencia de la división y el conflicto interno.
 
5. En la escuela nos enseñan de manera para que seamos los mejores, y para ello hay que competir, ser agresivos, triunfadores. Que es todo lo que siempre hemos sido, desde hace millones de años. Pero, ahora viene alguien y nos dice: que hay una posibilidad de vivir de manera en que no hay contradicción ni conflicto ni ganadores ni perdedores, ni verdugos ni víctimas. ¿Qué harían con eso que les han lanzado? No lo aceptarían, porque tendrían que exponer todo lo que tienen, exponer todo lo que somos, y como tenemos miedo de perder todo eso, que es nuestra seguridad –aunque sea falsa-, lo rechazamos.
Eso no lo enseñan en las escuelas ni institutos. Por lo que cada cual tiene que llegar a ello. Por eso el saber es de instante a instante. Ya que ese saber es siempre lo nuevo, lo que no ha sido tocado.
 
6. Las palabras no son la realidad, lo que decimos tiene muy poco valor, lo que importa son las acciones. Las personas tenemos que hablar, y lo más excitante es hablar de los otros. Pero hemos de hacerlo para conocerlos mejor, y conocernos también nosotros, para que con esa información poder ayudarnos.
 
7. ¿Un amor para siempre, a una sola persona, es eso posible? No lo estamos negando ni afirmando, sólo lo preguntamos, lo cuestionamos. Pues, ¿es el amor dependencia, la rutina y la repetición, es miedo y deseo de conseguir seguridad? El amor, ¿no está más allá de todo deseo en cualquier dirección, ya sea afirmando o negando? Por eso el amor está libre del conflicto entre los opuestos, de la contradicción, de la dualidad.
 
8. Dudar, cuestionar, indagar, inquirir, investigar, ¿no es todo lo mismo: la herramienta que nos lleva a ver lo negativo, lo falso, para así descartarlo? Pero esas herramientas que usamos, han de desaparecer, porque si no nos hacemos dependientes de ellas, esclavos de ellas, por lo que adquieren demasiado valor, se convierten en una ley, en una autoridad, brutal y cruel.
Y eso mismo pasa con las personas, si somos dependientes de ellas, por importantes que nos parezcan –maestros y gurús, esposos, amigos, parejas, hijos y parientes-.
 
9. Las palabras son engañosas, irreales, porque se refieren tanto al pasado como al futuro. Alguien puede decir: ‘Te amaré siempre.’ Pero eso no es real, es una ilusión, porque ese siempre es el futuro, donde nadie sabe lo que pueda o no suceder. Y respecto del pasado, es igual de absurdo hablar de él, de lo que hicimos o no, de lo que debimos hacer, las excusas y las justificaciones, las lamentaciones, porque el pasado está muerto y no sirve de nada.
 
10. Donde están las mujeres, allá van los hombres. Y donde están los hombres, allá van las mujeres. No hay valla en el mundo que los pueda apartar ni separar cuando llega la hora de buscarse y necesitarse.
 
11. El perro no muerde al que lo cuida, porque el perro hace del que le da de comer el macho alfa, el jefe de manada. Todos los animales, incluido el hombre, si es preciso atacan, ya sea por defensa o por otra necesidad.
 
12. Algunas personas molestan a algunos con su presencia, per halagan a otros. Todo en la vida no es univoco, en una misma dirección para todos.
 
13. ¿Por qué no vibramos con todas las personas por igual? ¿Por qué es que necesitamos tener una persona preferida que excluya a las demás? ¿El amor es excluyente o engloba e integra a todos, a toda la humanidad? El amor es lo nuevo. Aceptar la tradición es lo viejo, lo repetitivo, que tantas disputas y amarguras nos provoca. Podemos cantarlo, hacer de ello un sentimiento romántico, disfrutar con ello, pero ahí no habrá amor.