Torni Segarra

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Solamente una mente estúpida, la que es insensible e indiferente al dolor, es capaz de banalizar la tortura y asesinato de los toros por placer y diversión festivalera. Cosa de españoles y sudamericanos, que siguen condicionados como sus asalvajados antepasados. Es cosa de personas subdesarrolladas mentalmente, esnobs y exhibicionistas.
 
No tenemos nada, ni tan siquiera el cuerpo, nosotros somos como huéspedes que venimos de paso por un temporada. Nada es nuestro ni nos pertenece. Y cuando antes lo comprendamos, tanto mejor para nosotros y para los que queremos atrapar.
 
Nada es para siempre, las personas cambian y desaparecemos. Y otros llegan como nosotros, que por la ignorancia nos creemos indispensables.
 
Quien no sabe lo que busca, encuentra lo nuevo. Porque no sabe lo que es. En cambio, el que ya sabe lo que busca, lo que halla es lo viejo, lo que ya sabe lo que es, el pasado, lo que ya es repetido y viejo. Lo nuevo nadie sabe lo que es, por eso es tan limpio y fresco, la vida funcionando en todo su esplendor.
 
El sacrificio llega cuando no comprendemos la realidad de lo que estamos haciendo, de lo que está pasando. El sacrificio es un conflicto, entre lo que yo quiero y la realidad. Pero si entiendo la realidad y me atengo a ella, el sacrificio no puede ser.
 
El mismo deseo de algo más, es lo que hacer que eso que queremos no llegue. Porque el deseo, con su ansiedad, nos hace feos, llenos de desorden y confusión. Donde la belleza de la naturalidad –que es amor- no puede ser.
 
No. La ‘Percepción de la presencia de gran espacio es lo que crece y se profundiza’. Eso solamente es. Ese gran espacio es todo a la vez. No le falta ni sobra nada.
 
Cuando hay un motivo para lograr algo, ese motivo lo convertimos en un problema. Y donde hay problemas la felicidad no puede ser.
 
Seamos conscientes o no, la realidad se va a imponer. La realidad quiere decir la manera cómo funciona la vida, que no ser puede alterar ni manejar. Por lo que hay que comprender lo que es la vida, cómo funciona –que es inabarcable, incomprensible, inescrutable-.
 
Decimos que queremos la paz, el fin de la violencia, pero queremos la venganza, la revancha, estamos dispuestos a actuar como lo han hecho esos que queremos destruir. Por lo que la paz, que es interna, no es ni será hasta que no nos vaciemos del odio, de la crueldad y la violencia que llevamos dentro cada cual.
 
Juan. Es mucho lo que quieres decir y no podré contestarte a todo por este medio, que por respeto a él -ya que es político- no sería adecuado. Por lo que solamente te diré los motivos de escribir en ese foro. Desde el principio conozco a ese partido, por lo que también conozco a Albert. Lo he visto hablar en diferentes sitios y lugares. Al principio tuve las dudas de quién era en realidad, ya que no vivo en Barcelona. Pero al pasar el tiempo se fue manifestándose lo que llevaba dentro. Pero no parecía ‘peligroso’. Hasta que un día lo vi hablar en un programa de la derecha más carca, que les gustaría que volvieran los años cincuenta del pasado siglo. Y allí estaba Albert, como pez en el agua, asintiendo, corroborando, dando ideas para que triunfen esos fachas de la ultraderecha, de tal manera que era uno de ellos –el hecho de invitarle esas personas ya denota hacia dónde va y cae-.
¿Cuál es mi intención informar de esto? Solamente informarlo, como lo hago con todos los que tienen esa notoriedad y engañan a los demás con las mentiras y falsedades.
Respecto de la independencia, es muy sencillo y claro. Cuando una pareja, mujer y hombre conviven juntos mucho, o poco tiempo, y uno de los dos decide que eso no funciona, se ha acabado, ¿por qué uno le tiene que poner trabas al otro, obstáculos, para que puedan separarse? El que no entienda esto es como no saber nada. Porque la vida sin libertad no es nada, no merece ser vivida.
Esto es todo. Se trata de la libertad y del respeto. Y hay unos, que son los que a Albert –y me imagino que a otros de ese partido también, sino no estarían en él- tanto les gustan, que no quieren la libertad: Pinochet, Franco, los fascistas, los nazis –como se podría decir también que son los comunistas, los fanáticos integristas religiosos, etc.-.
 
Respecto de esa relación que tienes con tu difunto padre, que dices que te ayuda a escribir los poemas y toca el piano contigo, eso es una alucinación un delirio. Todo eso está inducido por uno mismo, por su condicionamiento.
Para que te des cuenta y lo veas claramente, vamos a exponerlo de la siguiente manera: pongamos que tú te vas lejos de tu padre –no siendo popular como eres y sin ir viajando por todo el mundo para que no te informen nada de tu padre- y él se muere sin que nadie te lo diga, ¿podrías tú tener alguna comunicación con el difunto? No la tendrías porque no estarías condicionado por su muerte y todo lo que habéis desarrollado tras de ella. 
Por tanto, la comunicación con las personas que se han muerto, se produce, se genera con el sentimiento de miedo que provoca toda muerte –más aún de una persona conocida-, que despierta nuestra animalidad, que provoca y sostiene ese miedo. Es decir, el miedo nos excita de manera que nos pone en trance. Y como vosotros, por la costumbre y condicionamiento, no huis de esas alucinaciones, es cuando el  miedo desaparece y podéis alucinar y delirar todo lo que queráis. Si no quisierais el muerto no aparecería ante vosotros, pero es que vosotros queréis que aparezca, porque habéis hecho de eso un folclore, una costumbre, un evento excitante y altamente perturbador que os saca de lo cotidiano. Creando una especie de mafia con los muertos y los vivos, para asustar y dominar a las inocentes y vulnerables personas. Y por eso, es que se ha inventado el más allá. Cuando toda la clave está en el deseo de aceptar todo eso, de pasar por todo eso. O de negarlo y pasar de todo eso –como el que pasa de fumar o de beber, porque no quiere ni fumar ni beber-.
Y de la misma manera, como os gusta tanto inventar y alucinar –es vuestra costumbre popular, folclórica- , te atreves a decir que la mujer es más que el hombre, como otros dicen que el hombre es más que la mujer. Cuando los dos son iguales, complementarios el uno del otro.