Torni Segarra

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Aitor pero eso que dices está al final, ¿no? O, ¿tú lo vives en cada instante? Si tu capacidad de trabajar en la cocina es hacer una comida y te dan cuatro para que las hagas, y tú tienes prisa porque te has de marchar, ¿eso no te va a poner en fricción, en conflicto? Por tanto, hay que solucionar el conflicto. Y eso es lo que hay que hacer ahora. No hablarlo intelectualmente. Es como hablar de paz y del fin de la violencia, si nuestra vida es insensible, indiferente con los que sufren y van a morir dentro de unos momentos de hambre, eso ¿qué sentido tiene? Pues la paz nace dentro de nosotros, con nuestro comportamiento no divisivo ni de conflicto.
 
Entonces, Aitor, cuando te vienen situaciones malas, que te hacen mucho daño, ¿qué haces, las soportas, eres feliz con eso que te ha venido que te está torturando la vida? Hay una cosa, que es muy aclaradora y determinante. Y es que, el observador es lo observado. Es decir, tú eres yo, y todos a la vez, y yo soy tú. Por lo que si tú te conoces completamente cómo funcionas estás conociendo también a toda la humanidad. O sea, que no hay varita mágica que me distinga a mí de ti ni de nadie.
 
Pero, Aitor, si vemos que vivimos en conflicto -como sucede- ¿por qué no vamos más allá de él y seguimos siendo nacionalistas, somos de izquierda, de derecha, seguimos teniendo nuestra religión particular, nuestra creencia? Para poder ir más allá del conflicto -la existencia es conflicto, pues el cuerpo tiene sus necesidades, comer, etc.-, hemos de ver todo el peligro que hay en él. Verlo como cuando uno tiene un animal salvaje que va hacia donde uno está, verlo como un veneno al que hay que apartar. Es decir, para descartar algo radicalmente uno tiene que ver sin tiempo, ha de hacerlo ahora.
 
Sí, estoy de acuerdo, Karsten. Pero, eso se tiene que convertir en un hecho. Y los hechos nos dicen lo contrario, pues todo es un conflicto entre lo que quiero y lo que es, la realidad. Y es por eso, que el mundo siempre está en violencia y en guerra. La realidad, que me gusta a mí, puede que no sea la adecuada para acabar con el conflicto. Como ha estado sucediendo a los largo de un millón de años. Por tanto, en el ver que la división, que es el origen del conflicto, es la causa de todo el malestar, de las disputas, de las contiendas, de la violencia y su crueldad, de las matanzas de la guerra, ahí está el poder ir más allá de él. Uno tiene que verlo con la misma radicalidad que tiene un hecho, como cuando uno ve que un instrumento musical se ha roto y no puede funcionar. Y no funciona, aunque nos preguntemos el por qué no funciona, empecemos a intentar que vuelva a funcionar, etc., cuando el hecho es que no funciona porque se ha roto. Y entonces si encaramos los hechos desde esa visión clara, donde no hay huida posible, al enfrentarnos a la realidad de lo que está sucediendo, eso trae consigo su solución.
 
No, Humberto. No se trata de sensibilizarlos sentidos, la mente o lo que sea que se pretenda sensibilizar. Eso, el orden, el fin del conflicto, de la alteración mental, llega abruptamente, en un instante, ahora, cuando es visto como el hecho que causa todo el desorden. Si no es absurdo: ¿Cómo me puedo anticipar en las soluciones de algo que no veo ni comprendo? Por eso, el acto de ver algo claramente y la acción son la misma cosa, sin división. No hay un ver y luego un actuar. Sólo hay acción para que haya orden, sin la intervención del tiempo. Y eso en sí, en esa acción está toda la sensibilidad, la percepción.
 
Yevakte. No se trata de práctica. Pues la práctica lleva tiempo. Donde está implicado el pasado, el futuro y el presente, que hace de puente entre ambos. Se trata de ver. La práctica en el ámbito espiritual, psicológico es una trampa, una pérdida de tiempo. Si tú vas por el campo, o por la selva, y ves que va hacia ti un jaguar, ¿vas a pensar lo que vas a hacer o saltarás o irás rápido para ponerte a salvo? Pues la misma acción, la misma actitud, hay que tener ante la visión de todo el peligro de la división y el conflicto que genera. Que te venga todo lo mejor posible.
 
Solamente hay que añadir, que decir: Nada nuevo bajo el sol. Todo está unido y entrelazado. Y afortunadamente, hace mucho tiempo que no ha habido una glaciación o un bombardeo de meteoritos en la tierra. Aunque eso, no quiere decir que vivamos en un paraíso, que nos tumbemos a tomar el sol y a perseguir el placer, como único alimento y solución para todos nuestros males.
 
He leído tus comentarios e informaciones, en el diario de hoy… Gracias.
¿Para qué queréis saber tanto, inventar e inventar para sacar beneficios y poder, si no sabéis vivir en paz con vuestros vecinos los árabes palestinos? Sesenta años en guerra con vuestros vecinos, demuestra falta de inteligencia. Pues la inteligencia no solamente es la que se aplica a los logros materiales, crematísticos, para expandirse y arrasarlo todo.
Hay algo que está muy claro: solamente existe la absoluta inseguridad. Pues, por mucho que uno quiere estar seguro, por muchos policías, militares, guardaespaldas, siempre estará inseguro. Por tanto, tan inteligentes que sois, ¿por qué no lo veis de una vez por todas, que vivir rodeados por un muro de varios metros de altura y varios kilómetros de longitud, no resuelve el problema de la seguridad? Con todo el derroche en dinero y energía.
Por eso, ¿un rico, un poderoso, pueden ser inteligentes? No lo pueden ser, porque son superficiales, son vulgares y sólo funcionan en una única dirección, en único carril, que es el del egoísmo, el de la vanidad, la avaricia y la codicia. Y por eso, su triunfo es el del poder, el establishment, corrupto e inmoral.
 
El cerebro a base de repetición, hace un millón de años, recordó y se dio cuenta -fue consciente de la realidad, de todo lo que podía ver- que según ciertas actitudes todo era menos doloroso. Así que, se dio cuenta que en la división, siempre había dolor. E investigando, por la repetición de las vivencias, descubrió que la división desaparecía cunado había una unión total con lo que estaba haciendo o con lo que observaba, ya fueran las personas, los objetos, todo lo que existía. Y así se inventó, se creó la meditación, se le dio ese nombre al estado no divisivo.
 
Fuera del tiempo y el espació, hay cosas que suceden. Y son esos sucesos, los que hacen que la mente se despierte por el dolor que recibe. Por eso, el mayor y mejor maestro es el dolor.
 
“Ningún esfuerzo es liberador”.
Porque el esfuerzo es fricción, es conflicto, es más de lo mismo: dolor.
 
“¿Si la vida está ocurriendo ahora por qué se crean caminos para descubrirla?”.
Por miedo, para distraerse de ese miedo.
 
Jesús, también hizo tonterías, pero -según dicen las hacía consciente de lo que había de llegarle- por eso le llegó lo que le llegó. No solamente por su culpa si no ayudado por todos. Como nos pasa a todos, ya que todo está unido.