Torni Segarra

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1. Para la consejera de Presidencia e Igualdad.
Esta mañana te he visto en el programa, ‘Al rojo vivo’, de Lasexta, TV. Cuando informabas sobre los servicios sociales de comedor para los niños necesitados.
Gracias por vuestro trabajo en favor de los menos afortunados. Creo que no os dejaréis intimidar por esos políticos, carcas, facistoides, ladrones, que han perdido su sensibilidad y son capaces de arrasarlo todo. Y actuarían como si no se enteraran de nada de lo que están haciendo. Por eso, hay que actuar –con acciones concretas como la vuestra- y decírselo cuando sea la ocasión, porque están ciegos de poder, no se enteran de nada. Te envío este texto por si te interesa.
 
2. Si tú eres capaz de ver lo negativo y puedes descartarlo radicalmente, es por ahí por donde se empieza. No te puedo acompañar porque nos molestaríamos mutuamente. Es como si tú que vas en coche, le dices a uno: por dónde tengo que ir para llegar a la playa, y él te lo indica. Y tú le dices acompáñame y así me será más fácil. Y él te dice: ‘No puedo, pues tengo que hacer. Además si te acompañara y pusieras la música, a mí no me gusta, tampoco quiero el aire refrigerado, quiero las ventanas abiertas, ni me gusta que corran, pues soy temeroso’. ¿Nos estamos comunicando, Angus, entiendes lo que estoy diciendo?
 
3. Lo que es, está más allá de nuestros deseos y temores. Por eso, nos da tanto miedo ver la realidad. Siempre queremos ver una referencia para agarrarnos a ella. Pero, esa referencia que siempre es el pasado nos lleva a la perdición porque nos hace repetitivos del viejo paradigma de división y conflicto. Mientras no vayamos más allá de lo que nos fragmenta, la energía que necesitamos para que la excelencia pueda ser, seguiremos devorándonos, matándonos. Pues, todo empieza con lo interno, los pensamientos, que ya empiezan a matar -pues  hablar mal de alguien es matarlo-.
 
4. Es verdad que hay algunos que tienen la costumbre de subrayar el origen de lo que dicen los otros o uno mismo. Como lo hacen las anotaciones a pie de página algunos libros, informando de la procedencia de tal palabra, idea o pensamiento. Cada uno que haga lo que tenga que hacer.
 
5. Para Walter Laqueur, Consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
Hacía mucho tiempo que no leía los escritos que te publica el diario… Pero el escrito de ayer, ‘Boston y después’, sí que lo he leído. Lo encuentro interesante, directo, realista, comparados con lo que escribes normalmente que es burocrático, pesado, y siempre favorable al establishment, lo que te hace conservador, previsible, demasiado burgués.
El poder es lo que más degrada, corrompe, altera la percepción de la realidad. Acabo de escribir a otro colaborador del diario, un profesor inglés, Christopher Tulloc, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y le he comentado su escrito que trataba del funeral de Margaret Thatcher, que le ha costado a las arcas del estado inglés doce millones. ¿Puede alguien que no está fuera de la realidad, que no se da cuenta de lo corrupta que es su manera de vivir, aceptar y participar en esas tonterías de los funerales, con sus caras serias hipócritas, que van allí por dejarse ver, por un beneficio político?
Y ese estar fuera de la realidad es el mal que nos afecta a todos, pero cuando se trata de los políticos, que tienen tanto poder, entonces la cosa cambia porque se complica todo y los problemas se engrandecen.
No has hablado mucho de Boston y sus atentados de anteayer. Porque todo lo que has hablado era como si fuera todo lo que ha sucedido en Boston: ¿por qué es que suceden esos actos violentos en algunos sitios? ¿Se pueden evitar esas desgracias y su maldad? Sí que se puede, pero hay que hacerlo que sea realidad. ¿Cómo se hace realidad algo que no es -la confianza entre las personas, la no provocación ni el agravio, etc.-? Descartando todo lo que lo provoca -la división interna que al salir al exterior va a generar conflicto-. Y esa división interna es la que nos hace egoístas y crueles, brutales, violentos, dispuestos a hacer la guerra para conseguir eso que creemos necesitar: la seguridad.
Pero, en la vida no hay seguridad. En la vida sólo hay absoluta inseguridad. Esa es la realidad, la verdad. Pero, como no nos gusta vivir inseguros, hemos de inventar otra realidad, dividiéndonos de la verdadera realidad. Y entonces hemos de forzar las circunstancias, generando brutalidad, crueldad, violencia, guerra. Y ese es el drama en que vivimos: estamos enfermos de egoísmo, pero la medicina, el remedio ni nos gusta ni no lo queremos tomar.
 
6. Para Ian Johnson, secretario general del Club de Roma, sede en Barcelona.
Ayer leí tu entrevista, en el diario… Gracias.
Hay algo que es demasiado evidente, que no se puede negar: para que funcione el capitalismo, ha de devorar todo lo que necesite, ya sean las personas, los animales, toda la naturaleza. Los que dicen, que el capitalismo se puede regular, están equivocados. Porque, lo que tenemos dentro siempre se impone a lo de fuera, ya sean las leyes y las normas. Eso lo podemos ver de una manera tan evidente, en los países que se implantó el comunismo, en las teocracias, en las religiones organizadas, en cada uno de nosotros.
Nosotros estamos condicionados, hemos heredado ese condicionamiento de nuestros antepasados: la raza, la cultura, la tribu, las costumbres, etc. Pero, alguien nos ha dicho que podemos cambiar. Y nosotros irreflexiblemente nos lo hemos creído. Sin comprender ese cambio lo que significa y si es posible que eso sea cierto. Entonces, nos hemos lanzado hacia ese cambio, queriendo cambiar la realidad de lo que somos por otra cosa que si me gusta y me satisface más. Es decir, soy feo, egoísta, brutal, tremendamente competidor, manipulador, soy esto o lo otro, pero no me gusta. Y entonces, invento lo contrario, que si que me satisface más. Pero, eso feo que soy, esa violencia que generamos, no se puede cambiar por el mero deseo, la reacción, la dualidad de soy esto que es malo y me paso a lo que es bueno. Por lo que seguimos divididos, generando desorden, confusión, sufrimiento y dolor.
Por lo que el problema persiste al seguir habiendo división, conflicto entre lo que soy y lo que quiero ser. ¿Cómo llegará a su fin la división y con ella el conflicto? Pues la división es la raíz y el origen de todo el hambre, con sus muertes y miserias, de toda violencia, crueldad, de todas las matanzas de la guerra. Así que, mientras estemos divididos nosotros somos responsables de ese horror, de ese espanto que son nuestras vidas, que es la sociedad que hemos creado entre todos.
Ahora bien, si tenemos esa pasión -que no es fanatismo- habrá esa conmoción que es ver el dolor y el sufrimiento de la humanidad; ya sea por todas las carencias que tenemos, ya sea por la brutalidad de la violencia, ya sea por la crueldad del desprecio, de la humillación, por la absoluta falta de amor. Y entonces, con esa energía, que genera ver el dolor de toda la humanidad, investiga e inquiere muy en lo hondo, buscando la raíz de todo este mal. Y de pronto, se da cuenta que uno es el dolor, es la violencia, es la crueldad, es el deseo de querer y no poder, es todo eso. Pero, ya no huyo de eso, porque me he dado cuenta que no puedo huir de lo que soy, de mi sombra. Y también me doy cuenta que no puedo cambiarlo. Así que, permanezco con todo eso, estoy con ello, sin huir ni querer alterarlo, por lo que dentro de mí ya no hay división alguna.