Torni Segarra

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Ahí, Bakunin se equivoca: pues la libertad no es la mía ni la tuya, sino un estado interno, donde no hay conflicto alguno. Esto que parece tan resbaladizo ya lo investigamos el otro día cuando hablábamos de las violaciones sexuales. De lo contrario pareceríamos como los frailes, los monjes, los dictadores, los tiranos, etc., que todos tienes sus normas, leyes, prohibiciones, para perseguir a quienes no las obedezcan. Y, ahí está la verdadera anarquía, ahora sí, sin ley alguna. Aunque con ello tenga que pagar con mi vida.
 
Creo que es al revés, lo que hago es hacer las cosas de manera que no se vean los problemas. Ahora te lo explico, Kara: si pierdo un dedo de las manos, suerte que aún tengo nueve; si me quitan una silla, aún tengo unas cuantas; si enfermo, suerte que aún no me ha matado la vida. Eso es todo, para que no haya problemas. O más prosaicamente: ‘Consuélate con tu suerte y te sentirás feliz’.
 
Jahaziel, por favor, no hables de no hechos. Y atengámonos a los hechos: la casa está ardiendo y tú quieres discutir y esperar a que vengan otros para empezar a apagar el fuego. Pero cuando la casa arde, uno ha de hacer algo, por lo menos salir de allí. El fuego, es el hambre y la miseria, la violencia, la guerra, fruto todo ello de una manera de vivir corrupta e inmoral. ¿Qué vamos hacer, esperar a que los otros vengan con nosotros -ellos no van a venir, pues les gusta el juego de la superficialidad y la banalidad-, o ante la visión de tanto desorden, de violencia, de enfrentamientos, de asaltos y violaciones, haremos algo? ¿Qué hemos de hacer entonces? Solamente hemos de ver la realidad, como cuando la casa se quema. Y esa visión de tanto horror, dolor -por el hambre, la absoluta falta de instrucción y la ignorancia, per la miseria de los que no tienen nada- es la que nos dará el orden –la inteligencia- para hacer algo al respecto. Pues, sin ver, sin ver realmente lo que sucede seguiremos en la superficialidad de los entretenimientos.
 
Todo lo que digamos ante un misterio, no sirve de nada. Porque no podemos ir al principio, la primera causa que generara el daño, que prosigue y prosigue sin parar. Pues, una causa genera un efecto, que a su vez ese efecto genera otra causa.
 
Cuidado Jahaziel, no te olvides que tú eres yo. Y yo soy tú. Así que carga con tus cosas, carencias, impotencias, que yo cargaré con las mías. Pero, es de inhumanos, de crueles, dar solamente la culpa al otro, a los demás.
 
Todo está dentro, pero si mi vida es inmoral y corrupta, derrochando, dividiéndome de los demás, los menos afortunados, siendo indolente, repetir y repetir que el flujo divino de amor, que uno ‘esta listo para la práctica de conectar con el flujo de amor puro invisible’ etc., eso es una banalidad. 
Lo de dentro y lo de fuera, están unidos. ¿Una persona que tiene amor, puede ser nacionalista, llorar por una bandera, prepararse para la guerra, derrochar de todo, destruir comida habiendo como hay hambrientos en la tierra?
 
Eso es verdadero, pero si le quitamos la palabra anarquista -que es lo mismo como decir budista, cristiano, comunista-, ya que las etiquetas tienen su propia autoridad, nos dividen y nos enfrentan. Por tanto, esa liberación, ¿cómo se tiene que conseguir, cuándo ha de llegar? Pues, según los medios, así serán los resultados.
 
Les ha entrado la fiebre del poder, como el rey que iba desnudo y no consentía que nadie se lo dijera, porque él no se lo creía. Miseria y pobreza humana, tanto de ellos como de los votantes sus que los elijen.
 
Ya hace tiempo me he dado cuenta que eres un tanto inocente, infantil y superficial, Enghelbretb. Por lo que, esos cuentos infantiles, románticos, no los presentes como verdaderos porque no pasan la lógica más elemental. Siento decirlo de esta manera, pero todo es un condicionamiento que has aceptado como un juego para divertirte, ejercitar tu vida, ya que necesitas mucha acción y movimiento.
Ya que estamos muy bien alimentados y tenemos muchas comodidades, por lo que tenemos un excedente energético -como esos que corren varios kilómetros cada día para quemar las toxinas y la energía que les sobra que ingieren-.
 
Por lo que, si tenían relaciones comerciales con otras repúblicas –que no eran anarquistas se contaminaban de la corrupción de todo gobierno- estaban dentro del sistema. Entonces, entramos en el absurdo de: ‘Yo rechazo tu sistema, pero no quiero que tú me lo rechaces a mí’. Y todo sistema, norma, ley, es por sí misma divisiva, y va contra la libertad, contra la anarquía.
 
Haz lo que yo digo, pero no hagas lo que yo hago. Creo, Enghelbertb, que estás obsesionado con el deseo por ir a vivir a EEUU. Donde seguramente triunfarías con tus programas para ordenadores. Pero, no desprecies a los que no son como los estadounidenses. Si tú vives en un país tercermundista, has de atenerte a ello. Pero, si vas a EEUU, también te has de atener a lo que hacen allí, que  a ti,  tal vez,  no te guste. Porque, sino te amargarás, te volverás neurótico. 
 
La libertad que tenemos es la libertad de los tontos. Es como entrar en un supermercado, que puedes poner en el carrito de la compra todo lo que quieras, pero a la salida te espera la factura. Y así es la vida, toda una vanidad, una ilusión. Por eso, uno tiene que ser reflexivo, indagar, inquirir, para poder ver la falsedad y la mentira, para no caer en los reclamos y ofertas egoístas y crueles, que lo que quieren son más beneficios, más dinero, más poder. Eso mismo pasa con los políticos, religiosos, etc., que ofrecen su producto expuesto para la venta, con todas las artimañas para embaucar a los inocentes e incautas personas.
 
En principio, todo en la vida es una opción. Que según los resultados de esas opciones, nos moldean y así obramos con consecuencia. Aunque, la opción, que es libertad, siempre está ahí. Y ese es el problema, porque puede que mi opción no sea adecuada para ti.
 
El problema no es morir en un empeño, tratar de ser auténtico –eso todo son tonterías, ilusiones-, lo que necesitamos son hechos y no planes para el futuro, ya sea para dentro de unos meses o años. La ideas, los planes, las teorías, son tiempo, el devenir. Y en el tiempo psicológico, todo es confuso y desorden. Porque, ese tiempo como yo seré es el que nos divide del reto del presente, del ahora. Y todo lo que venga a partir de eso va a ser más de lo mismo que tenemos; inmoralidad y corrupción.
Es como si cada vez que te pido algo me dices: lo siento ahora tengo prisa, cosas más importantes que hacer, luego en otro momento te atiendo y hablamos. Y siempre es así porque las necesidades son infinitas, que son la búsqueda de seguridad, del placer.