Torni Segarra

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El rico tiene que hacer su trabajo: ser honesto y no corrupto. Pero eres tú, Evan, el que tiene realmente que quitar el hambre que te envuelve a ti donde vives, en tu vida. No dar una limosna para África o Asia, etc., y seguir siendo corrupto, inmoral, deshonesto, avaro, codicioso, celoso, con vanidad.
 
El mundo físico puede que sea ilusorio, pero cuando te quemas la mano la has de apartar.
 
Los nardos y los pájaros en el campo no se preocupan por lo que han de comer o dónde han de dormir. Pero, eso nosotros no lo podemos vivir, como una metáfora, o un recurso explicativo queda bien.
Pero el hecho de reconocerlo, es lo que nos hace libres de romanticismo naturista, religioso, idealista.
 
Pero si no apartas la mano del fuego que te quema, puede que te la corten. ¿Entonces, reirás? Si lo haces sin haber hecho nada para no quemarte, es que estás medio demente, loco.
 
¿Por qué orar si es un diálogo de sordos? Porque el que ora es lo mismo, que la oración. Es decir el que piensa y el pensamiento son lo mismo. Es la ilusión la que inventa a dios, a un santo, etc., que cree que le escucha y le va a responder a su petición.
 
Tal vez, dentro de unos millones de años, los osos, tigres o leones evolucionan de manera que se hagan bípedos. Y ahí empiece la etapa final para ser como nosotros.
Ahora falta saber si los llamados humanos, descendientes de los primates bípedos, pueden evolucionar hacia otro cuerpo con más prestaciones –desplazarse por el aire, caminar más veloces aún, hacer que un hombre quede embarazado y pueda dar a luz a un hijo, etc.-.
 
En el artículo de hoy dices: ‘Que no hay que pensar que los demás nos hacen daño a propósito sino que a veces es por simple descuido o negligencia’.
La indolencia, la falta de cuidado, la negligencia, la insensibilidad, es todo lo mismo. Falta de atención e interés por o que hacemos. Es verdad que no es posible estar siempre atentos a lo que estamos haciendo, pero eso no debe ser una excusa par limpiarnos la conciencia.
Cuando uno tiene descuidos, no se entera, está en una situación de colapso moral. Pues depende de los otros el que pueda darse cuenta de lo que en realidad está haciendo. Ya que él mismo es inconsciente de su comportamiento. Hay que ser muy afortunado para poder ser consciente de cada reto que nos llega y cómo lo encaramos.
Por eso, uno tiene salir de la rutina, de la repetición, de lo viejo y conocido, pues esta manera de vivir nos adormece y nos hace torpes e insensibles. El excesivo trabajo y actividad nos confunde y no lleva al desorden. Los dos extremos son perniciosos y negativos: la excesiva indolencia e inactividad, el pasotismo, como la hiperactividad, la ansiedad, las huidas, nos restan la precisa y adecuada atención que conlleva el afecto y el cariño por todo lo que hacemos. También las obsesiones, el engancharse con una idea, un proyecto, aislándose, también nos pueden llevar a los extremos, donde allí nos espera la inatención.
Además de todo esto que ha sido expuesto, una buena alimentación, que pasa por no atiborrarse de alimentos, dormir lo necesario, y el abstenerse de sustancias embriagadoras, anfetáminicas, nos ayudará a tener una percepción ágil y atenta.
 
Esas preguntas y respuestas –de los sabios de la antaño- siempre acababan en: ‘Eso no es. Eso no es’.
 
En el momento que hay una amenaza a un niño, eso ya está en el ámbito del abuso infantil. Cuanto más extravagante, con amenazas de cosas inciertas y delirantes, más abuso, es decir, más crueldad.
Puede ser que los abusos a los niños -los maltratos verbales y físicos- se deban a la falta de atención, a la ansiedad, las prisas, la aceleración en que vivimos. Pues los niños, suelen ser a veces torpes en comprender las indicaciones de los mayores, por lo que necesitan más atención, más tiempo para ellos. Los niños reclaman mucha atención y si los dejamos de lado, y no les dedicamos el tiempo a ellos, se hacen ariscos y vengativos, correosos, desobedientes, Y ya se entra en el círculo donde se está en guerra. Ellos son como nosotros, pero en miniatura.
 
La meditación no se reduce a estar en soledad, oyendo voces extrañas, teniendo delirios y alucinaciones. La meditación es ver toda la actividad del pensamiento, la mente. Verlo, sin tocarlo, ni huir ni agarrarse a ello. Si no viendo cómo llegan las ondas mentales, como pasan, se extinguen y desaparecen.
 
¿Por qué no detienen a los periodistas de EEUU, ingleses, alemanes, franceses, japonés, etc., tienen miedo? Y, ¿por qué esos periodistas que no son detenidos no denuncian la crueldad, la brutalidad que sufren sus colegas?
Si los periodistas –correa de transmisión del establishment- no lo aceptaran, no estuvieran de acuerdo con ese estatus quo, seguro que acabaría. Pero todo es una confabulación, que se manifiesta en mirar a otro lado, como si no pasase nada. Cuántas noticias escalofriantes esconden las televisiones, los diarios, etc., que si se hicieran en otro sitio, bramarían por la crueldad, la brutalidad y la violencia empleada por la policía y el ejército.
 
¿Esa tristeza de dónde llega, del deseo de placer, y el desenfreno por conseguirlo, la vanidad, la superficialidad, la banalidad del estar siempre pendiente del cuerpo y sus infinitos requerimientos, para cambiar la realidad que no me gusta por otra que sí que me gusta y me satisface más? ¿O todo eso va unido al hecho de vivir, donde nosotros somos marionetas?
 
En la vida nosotros hemos de tener el sentimiento de gratitud por poder seguir en la vida, sin tener más penalidades de las que ya tenemos –pues siempre puede ir a peor-. Pero, ¿realmente podemos cambiar algo o es toda una ilusión? Somos como las gallinas en un gallinero -que es la tierra-. Y tal vez, estamos condenados a vivir siempre en ese gallinero siendo simplemente como las gallinas.
Pero, si lo vemos y aceptamos, sin división ni conflicto, entonces ahí está el amor y el cielo. Ese es el verdadero reto, vivir en ese feo gallinero –aunque en realidad es bonito- haciendo lo que hacen las gallinas.
 
Puede que no hayas entendido del todo a Jiddu Krishnakmurti. Primero que nada, Néstor, él fue un hombre normal y corriente. Que tuvo la posibilidad de ver más que otros -aunque lo tuvieron que preparar y manejar durante años-. Pero al final, descartó todo eso. Y dijo: que solamente en libertad, siendo libre para mirar la realidad, lo que es, la vida cruda y desnuda, uno es cuando es realmente libre. O sea que la libertad está desde el principio. Y eso, quiere decir estar libre de reglas, de preceptos, de ideas y teorías. Uno sólo esta solo ante la realidad, ante el mundo. Y él solo tiene que vivir con eso, sin huir, sin querer cambiarlo, sin aferrarse a eso, solamente mirarlo y soportarlo. Y para ello, la inteligencia es el bálsamo y la medicina.