Torni Segarra

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Y por eso, si me permites el símil, Patricia, la mente es como el estómago que según comamos, bebamos y nos alimentemos, eso va afectar a su estado. Creo que no hace falta enumerar las cosas dañinas para que estemos, más o menos, equilibrados. Porque eso mismo -decirlo y condicionar- sería ya algo nocivo. Pues, lo más sano es la total libertad para poder ver y mirar en todas direcciones. Para así, seguir siendo libres.
 
La conciencia, su contenido, que es el pensamiento, el evento que sucede y se observa, todo eso forma parte de la unidad. Y dentro de esa unidad hay un autonomía para que pueda proseguir el trascurrir de las alteraciones y los retos de la vida. Es decir, cuando uno está absorto, con atención total, parece que la memoria no exista. Pero sí que actúa para que pueda funcionar y operar lo que tiene que hacer para salvaguardar el cuerpo, la existencia. Cuando bajamos las escaleras, muchas veces sin mirar los escalones, el cuerpo y su memoria -el cerebro- saben lo que tienen que hacer, donde poner los pies.
Jose, gracias por tu clara puntualización. Vamos a ver si podemos verlo todo más claramente. El hombre es un animal, que va vestido y conduce toda clase de máquinas. Por tato, ¿qué es lo que quieren los animales? Solamente quieren subsistir y para ello, hacen todo lo que pueden sin ningún freno -salvo el del cuerpo: el cansancio, el ser inferior ante otro, etc.-. Ahora, algunos de esos animales -los primates-, se desarrolló y bajó de los árboles, se hizo cazador, luego agricultor y ganadero, hasta nuestros días.
Así que el animal está en cada uno de nosotros. Ahora bien, los animales no pueden romper la ley por voluntad propia -las leyes físicas y de su camada, especie, etc.-. Pero, los hombres sí que podemos salir e ir más allá de nuestro condicionamiento. Por ejemplo, hay personas que hacen del comer, como si fuera un gran evento: lo hablan antes, lo hablan cuando lo preparan, lo hablan mientras se lo comen y siguen después de comer, casi siempre hablando del placer del comer lo que a ellos les gusta. Pero, sin embargo, hay otros que se alimentan solamente para poder mantener el cuerpo saludable y en óptimas condiciones que puedan ser posibles.
De la misma manera, hay unos que viven para ganar, vencer, triunfar, viven en la vanidad y el exhibicionismo. Y es por eso que viven divididos. Entonces, la pregunta: ¿tú puedes cambiar, erradicando la raíz de la vanidad, el querer prevalecer, el dominar, el no morir ni ceder, que es lo que genera el conflicto? En definitiva, mientras no comprendamos cómo se genera la división interna y vayamos más allá de ese paradigma de vencedor, de indolencia e insensibilidad, las bombas seguirán cayendo sobre las ciudades. Seguirá habiendo moribundos, que morirán dentro de unos segundos u horas por falta de alimento y por egoísmo de los que no les importa nada los demás, sea que vivan en su misma casa, en su mismo bloque de apartamentos, en la misma calle o en la otra parte del mundo.
Por eso, pensar que con algún sistema filosófico, mental, político o religioso, uno va a vivir en paz, fuera del conflicto y la guerra, es una ilusión. Sin un ver de qué manera funciona la mente y su deseo, que es lo que genera la sensibilidad y la moralidad, todo lo que hagamos será lo mimos que cuando íbamos de caza por la pradera.
 
Dejé de ser administrador porque no quiero ningún poder a no ser que sea por un tiempo para poder ayudar a alguien. Y como vi que hay muchos administradores, salí. Y, entonces, si solamente pueden publicar los administradores, os habéis convertido en una junta dictatorial. Es decir, yo sí que puedo publicar, pero los demás -nadie- no lo pueden hacer. Creo que lo más adecuado es eliminar lo que otros publican inadecuadamente, Y expulsarlos del grupo si reinciden una y otra vez. Gracias, Paty, por la aclaración.
 
Enghelbert, el amor no existe ni puede existir, si es que lo vemos como no hacer daño a nadie ni a anda. Y como eso no es posible, es verdad que el amor es otro invento más que no tiene base alguna en el tiempo. Pero, sí en un momento dado se puede generar esa cosa tan rara que es el amor. Cuando tú renuncias por alguien, cedes para que otro no sea perjudicado, entonces eso también es amor. Aunque sea raquítico, porque no profundizamos en ello. El mismo hecho de dar unas monedas a alguien, que le falta un poco, para comprase el billete del tren o el autobús, también es un acto de amor.
Pero todo eso es aún más complicado: pongamos que les das de comer a los pájaros en tu terraza o tejado. Al sobrealimentarlos de la manera que lo hacemos los hombres, esos pájaros adquieren una fuerza, que ellos, tal vez, no la obtendrían por sí mismo. Y entonces, tienen más poder que los que no comen tanto como ellos, pueden aparearse antes, dominan más el territorio, etc. Y por tanto, sin darnos cuenta les estamos haciendo daño a los demás pájaros. ¿Ves lo complicado que puede ser todo?
Por eso, también digo y hago la  pregunta, ¿Puede existir realmente el amor? Y eso nos lleva a los que mueren de hambre, ¿hay que dejarlos que mueren en su agonía, aun sabiendo que ayudando a unos no lo hacemos con los otros, que también lo necesitan, ya que van a morir y por tanto generamos una diferencia entre unos y otros? ¿Es correcto dejarlos a su suerte sin ayudar a ninguno?
 
La escusas que ha dado son las que no son perturbadoras. Pero hay hechos muy graves -corrupción, abusos sexuales, vaciamiento de las iglesias, los jóvenes que le dan las espalda, etc.-, que no dice nada de todo ello.
 
Pero cuando está en esa lista el segundo es por algo. Y él no la descarta ni se niega a hablar de esas superficialidades y banalidades, más propias de exhibicionista y vanidosos.
 
He leído tus respuestas y comentarios en la entrevista que ha publicado hoy el diario… Gracias.
Eso que hiciste tú de entrar y salir, lo hice yo también durante unos cuantos años. Tengo seis años más que tú. Pero no estaba en tu nivel. Lo mío aun probando de todo, no llegué a engancharme a nada, solamente a las personas con las que me juntaba, más bien a la manera cómo encaraban la vida, tan pasando de todo lo que oliera a poder, a injusticia, a los poderosos. Pero, ellos sí que estaban enganchados, porque no tenían nada, ni eran nada sin eso que los ponía bien, que los cohesionaba, los ponía justo en su punto de poder, para poder vivir a la manera que querían aunque hicieran toda clase de tonterías. Pero eran muy jóvenes. Y al joven todo se le permite, porque es guapo y gracioso, rico en vida, y todos quieren ser como él, quieren volver a ser joven. Pero, ya sabes: el que la hace la paga, porque alguien o una cosa u otra te lo va a cobrar.
Qué tengas suerte. Con afecto y con cariño.
 
Para qué venimos acá, no lo sabremos. Sólo sabemos que estamos y que sentimos dolor. Y la causa del dolor es la división interna. Y cómo nos liberamos de ese dolor, es realmente el propósito de la vida. Pues, la división es el origen de toda violencia, desdicha y el horror de la guerra. Eso no es una teoría, una idea, eso es el hecho de nuestras vidas, de cada uno de nosotros.
Ahora bien, uno puede seguir viviendo en la indolencia del comer, dormir y el sexo, trabajar. O uno, puede participar, entrar en el ámbito de algo que aunque sabemos que no vamos a solucionar todos los problemas, algo sí podemos hacer. Solamente hay que poner la atención en los que hacemos. Y esa atención si es total, genera su orden –al ir más allá de la división-. Ese orden es el fin del conflicto, de la codicia y la vanidad de hacer para conseguir algo. Y si no hay conflicto, ni la agresividad ni violencia ni la guerra, pueden ser.
Así que lo importante es poder ir más allá de la división, que genera el conflicto interno, que a su vez genera insensibilidad, ausencia de compasión.