Torni Segarra

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Porque, si la risa no es con uno mismo, se produce un agravio con los demás, porque es de ellos de los que nos reímos.
 
Eso sería muy complicado, porque, ¿cuántas veces estamos realmente bien?
 
Cuando uno está enamorado es el más débil, pero el más fuerte también. Puede ser vulnerable como un mosquito y poderoso como un león.
 
Si eso es así, es cuando tenemos un problema, porque depender de otro, aunque sea del mejor maestro, gurú, etc., o del mejor amigo, es estar aferrado y poseído por esa persona. Por lo que no habrá libertad, seremos dependientes de esa persona. Y todo eso nos lleva al dolor.
 
¿Puede en la elección, en la opción, haber amor? ¿Puede alguien optar ante un hecho cualquiera? Si hay opción, ha de haber confusión, desorden: ¿puede alguien cuando trabaja optar por hacerlo bien o hacerlo mal, no ser puntual, salirse antes de hora?
 
La iluminación, como la no violencia, el nirvana o el paraíso, son ideas y teorías, no son hechos. Pero, es que a los seres humanos nos gusta vivir con los no hechos. Por eso, es el desorden que hay en todas partes. Pero, para que haya orden nos hemos encarar a los hechos y no inventar los no hechos.
 
La familia, no es diferente de lo que somos los que la componemos. Así que la familia reproduce el paradigma de lo que somos, celosos, avariciosos, con miedo, halagadores o fieras dispuestos a defender lo que nos pertenece. Es como una camada con maneras humanas, donde nos invitamos a comer, nos contamos nuestras cosas, pero la tensión de los agravios que nos hemos hecho siempre está ahí pronta a estallar.
La familia es como un país, una nación, si no vamos más allá de ella, si no estamos libres de ella, nos hacemos feos y ñoños, como los miembros de una mafia.
 
El dolor nos hace realistas, hace que nos encaremos con la realidad. Si no sintiéramos dolor, nos destrozaríamos más rápidamente que lo hacemos.
 
No solamente una persona (Cristo, un líder, un maestro, etc.) realiza lo necesario para que el desorden y la confusión, y el dolor que generan, desaparezcan. Todo y todos estamos unidos, hoy en día, a todas horas hay personas que sufren por otras, quieran o no. Porque la vida es un misterio, sin opción y sin salida, en el que hemos de vivir eso que nos toca. Por eso, dar toda la importancia a una persona (por importancia y relevante que la hayan hecho), es un error, un pecado. Que genera, desorden, que es fruto de la ignorancia y del fanatismo religioso, político, etc.
 
Si hay conquista vienen los problemas porque hemos de defender lo conquistado. ¿Por qué no dejar que todo fluya sin atraparnos ni pretender manipularnos? El problema está en que no sabemos vivir solos, queremos compañía y seguridad. Pero la seguridad no existe, sólo existe la absoluta inseguridad.
 
¿Y cómo lo hacemos eso? Si nos molesta vivir en el ahora, tenemos miedo a vivir sin la seguridad que nos da el tiempo, como el futuro, lo que ya pasó. Vivir en él ahora es vivir sin referencias, morir a cada instante que pasa, a todo lo que está sucediendo, ¿Es eso lo que queremos? Pues, lo hemos de demostrar con los hechos, no con palabras-
 
A tu lado todo es posible, porque él te ayuda, te da consuelo, te da lo que necesitas. Pero, eso cuando degenera en una dependencia, llega el desastre de la desconfianza, del odio, las venganzas por las traiciones de ese pacto que parecía inviolable.
 
Si tú ves que llevas una mancha en la camisa, visible a los demás, al verla ya sabes que la tienes. Puedes cambiarte la camisa o no. Pero el saber que tienes esa mancha en la camisa, es lo que determina el que pueda haber eso que llamamos orden o no -que sería cambiarte o limpiarte la mancha de la camisa-. El que no percibe eso, no vive en la realidad de que está en el desorden -pongamos que no se da cuenta de lo cruel y tirano que es, de que esa actitud lo está llevando a su destrucción, aparte de todo el dolor y el sufrimiento, desorden, que genera-.
 
¿La venganza va a generar orden? ¿La sonrisa cínica y falsa, por amargura, va a traer orden en tu vida?
 
Desafortunadamente, todos participamos de esa manera de vivir: con una sonrisa y el veneno en el corazón. Ahora una vez, visto y descrito, hay que hacer el trabajo para ir más allá de esa manera miserable de vivir.
 
¿Dónde hay miedo puede haber amor?
 
El erotismo no es exclusivo de un patrón determinado, pues tiene unas posibilidades infinitas. Creer que todo funciona alrededor de nuestros cánones de la imagen y belleza que creemos los adecuados, rechazando todo lo demás como inservible, es ignorancia.
 
Nada ni nadie puede gobernar a los corazones de las personas, sólo el dolor y el deseo de liberarse de él.
 
‘Sin la mujer, la vida es pura prosa’. Lo mismo se puede decir de los hombres. ¿Por qué insistir en esa guerra estúpida, absurda,  entre las mujeres y los hombres?