Torni Segarra

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Ah, eso es diferente María. Tú eres mujer, pero puedes no identificarte con la mujer. Así que eso que se dice tan fácilmente, ha de hacerse una realidad. ¿Puedo ir más allá de ser negro o blanco, europeo o africano, culto o inculto, pobre o rico. Ese es el trabajo.
Y eso quiere decir, ¿podemos ir más allá de toda la tremenda y grandiosa presión de mi condicionamiento como mujer, hombre, barrendero o escritor? Solamente con una atención profunda, donde el afecto y el cariño, la compasión, florecen naturalmente, es como el condicionamiento, que es el ‘yo’, cesa. Dando lugar a esa cosa tan extraña que es el amor.
 
Puede que no entiendas, María. Si hay atención total, todo queda quemado, aniquilado. Ya sea la raza, las castas, los nacionalismos, las creencias religiosas o de otra índole, los puntos y las comas, como los errores y las faltas de ortografía. Y, todo lo que queda es belleza y más belleza.
 
Y, tú, María, ¿por qué no ves la belleza que hay en ti y en todas partes? ¿Por qué no la podemos ver? Piensa, discurre, indaga, comenta, transmítelo -si quieres, claro-.
 
Es un júbilo que lo sientas, María.
 
Pero si tú sabes que la vida al final nos lleva a la muerte, todos lo sabemos, ¿no? Es decir, en el ámbito psicológico, delante de la vida, desnudos de toda vanidad y tonterías, todos somos iguales.
 
Esa carrera que el hombre tiene entre manos -dominar todo lo que es la vida-, no tiene fin. Porque, la ciencia, los científicos, los que alucinan con sus tonterías y superficialidades de los agujeros negros, etc., están sujetos también por el mismo paradigma de que todo es infinito. Ya sea en lo macro, como en lo micro. Eso, amigo Enghelbertb, ya lo hemos hablado hace unos meses.
 
Ahí es donde estamos, Fernando. Luego si no hay nada a dónde ir, ni tampoco sé de dónde vengo. Sólo queda el presente. Y el presente, es este drama que es nuestra manera de vivir con sus competencias, sus burlas, su petulancia, sus camarillas, etc. Pero todo eso, lo veamos o no, nos destruye. Porque, estamos haciendo daño a los otros. Y por tanto, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos.
 
Ya estás queriendo contar los cuatro pies al gato. Si la conciencia es algo que tiene creencias, eso no importa, si es que estamos en la atención donde no hay opuestos, dualidad, contradicción. En esa conciencia, solamente está la conciencia viendo, viviendo la vida.
 
Ahora tú, Fernando, puedes decir, que la conciencia, es algo que se tiene conciencia. Y ese algo que tiene conciencia, también decir lo mismo. Pero eso es un resonancia, una reverberación, conceptual, una manera de cavar, por la senda del infinito.
 
Veo que tienes una intencionalidad estrecha y llena de perjuicios, Alfeon. ¿Dónde los seres vivos no han de perder algo de su energía, para poder hacer que retorne a ellos, para poder sobrevivir? Si tú trabajas, te desgastas. Pero a cambio tienes una casa que te abriga del mal tiempo, tienes comida y ropa. Entonces, ¿dónde ves el problema para que ese paradigma de inversión y retribución continúe? El problema está en la gestión de esas energías. Solamente ese es el problema. Todo lo demás son perjuicios, mentes estrechas, fanatismo y superstición.
 
Me temo que tu palacio, paraíso y cielo, con las expectativas de experiencias te llevaría al abismo. Porque las experiencias son infinitas. Y el que va detrás de una experiencia, eso no es una experiencia en absoluto, sino una proyección tuya. Porque el mero hecho de saber que eso es una experiencia, quiere decir que ya es vieja y repetitiva.
La verdadera experiencia, es lo nuevo, lo que la mente no ha escudriñado ni tocado.
 
Alfredo, si todos somos básicamente iguales en lo psicológico, para qué investigar a los otros. Solamente investigándonos a nosotros mismos, podremos entender y comprender a toda la humanidad. Por eso, para abreviarlo, se dice que el observador es lo observado.
 
Siempre haremos algún daño, no hay escapatoria posible. Porque la vida es destrucción, amor y construcción. Pero, después de ver que la destrucción es la vida entera, porque tenemos que sobrevivir, y para vivir unos han de morir otros, queda la sensibilidad la percepción de lo que vamos a hacer o estamos haciendo. Y si uno es consciente de todo cuanto ocurre se da cuenta que el daño se inicia cuando estamos divididos Porque la división hace que no veamos al otro tal como es –un ser humano-, causándole dolor. Y de ahí has la brutalidad, la violencia, la guerra, con su espantosa crueldad.
 
La humildad llega cuando uno se da perfectamente cuenta que no es posible ser humilde, o ser bondadoso, no violento. Ver lo que es y no querer cambiarlo ni huir, es la humildad.
 
Si no hay ni detrás ni delante ninguna persona, entonces todo lo que digamos será un abstracción. Recuerda que el hombre es la medida, la esencia de toda la vida, en el sentido de poder alterarla. Como lo demuestra la destrucción que causamos a la naturaleza y a los demás. Usando un término jurídico, si no hay personas, no hay caso.
 
Martín no hace falta guion ni guionista, nosotros solos nos bastamos. Eso no quiere decir que se rechace a nadie si es que lo que dice es verdadero. Pero seguir a otro por reputado que sea, es negativo. Porque es como llevar una muleta, porque se convierte en un estorbo para la verdad.
 
He estado y estoy en diferentes foros de J. Krishnamurti y lo que más les caracteriza es que están en el océano de todo lo que escribió y dijo durante toda su vida. Y es normal para los que no lo conozcan a fondo, poco tiempo. Pero en todos esos foros, lo que más les caracteriza es la libertad para expresarse, sin poner en peligro ese foro. Pero no hay guion preestablecido, cada uno publica lo que quiere y cuando quiere siempre que sea de J. Krishnamurti.